Mueren 8 seguidores de clérigo reformista en choques con Policía en Pakistán

  • Al menos ocho seguidores del clérigo reformista Tahirul Qadri murieron hoy en enfrentamientos con la Policía en la ciudad de Lahore, en el este de Pakistán, informó la organización Pakistán Awami Tehreek (PAT), que preside el activista.

Islamabad, 9 ago.- Al menos ocho seguidores del clérigo reformista Tahirul Qadri murieron hoy en enfrentamientos con la Policía en la ciudad de Lahore, en el este de Pakistán, informó la organización Pakistán Awami Tehreek (PAT), que preside el activista.

Qadri había hecho un llamamiento a todos sus seguidores en la provincia de Punjab para que conmemoraran mañana, en una marcha multitudinaria en Lahore, a los siete "mártires" fallecidos el pasado 17 de junio en otro choque con la Policía.

Según un comunicado de la PAT, desde entonces han fallecido 22 seguidores de Qadri, incluidos los de hoy, mientras que durante los últimos cinco días han resultado heridos un millar de simpatizantes y otros 15.000 han sido arrestados.

"Entre 25 y 30 mujeres seguidoras de la PAT heridas de bala por la Policía están tendidas en la carretera. La Policía no permite que nadie las recoja", aseguró Qadri en su cuenta de la red social Twitter.

Uno de los diarios de mayor prestigio de Pakistán, "Dawn", afirma hoy en un editorial que "resulta imposible no condenar la violencia que padecen los seguidores de Qadri a manos de las fuerzas del Estado", aunque se distancia de las prácticas del clérigo, al que califica de "demagogo".

Irrelevante en el actual panorama político paquistaní, este clérigo puso en jaque a las instituciones a inicios del año pasado con un discurso reformista y anticorrupción con el que movilizó a decenas de miles de personas y ocupó el centro de Islamabad.

Pero, tras llevar a decenas de miles de seguidores a la capital, el órdago de Qadri se deshizo y al final aceptó levantar su protesta prácticamente a cambio de nada, frente a los políticos a los que había criticado con gran dureza.

Después de lograr como casi única concesión de los partidos que se comprometieran a cumplir la Constitución, la popularidad del clérigo se desmoronó e, incluso, hubo sospechas sobre su vida personal y las motivaciones reales del movimiento que encabezó.

Algunos medios y analistas locales atribuyeron entonces su auge al apoyo de sectores políticos y militares que querían interferir en los comicios celebrados en mayo del año pasado.

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