Muerte de migrante cubano por AH1N1 alarma a autoridades de salud de Panamá

  • La muerte de un cubano por la gripe AH1N1 disparó la alarma entre las autoridades de salud de Panamá, que han reforzado la vigilancia entre los casi 1.000 migrantes varados en la frontera de este país con Costa Rica, informó este martes una fuente oficial.

"Se detectó un caso de muerte por AH1N1 (...) El paciente fue evaluado ambulatoriamente y luego se trasladó al hospital, donde falleció por un cuadro respiratorio severo", señala un comunicado del Ministerio de Salud (Minsa).

El cubano, identificado como Rubén Ramos Casas, de 53 años, fue ingresado el pasado 2 de enero, junto a otros dos cubanos con síntomas similares, al hospital Rafael Hernández en la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, y falleció al día siguiente.

A raíz de esta situación, las autoridades evalúan las condiciones de salud de los casi 1.000 cubanos que se encuentran "varados" en la zona fronteriza en espera de su visado para ingresar a Costa Rica y continuar su camino hacía Estados Unidos.

Las autoridades de Salud informaron que los otros dos cubanos "están bien de salud y en vigilancia especial".

El cubano fallecido al igual que los otros dos hospitalizados habían sido ubicados en la comunidad El Progreso en la zona fronteriza de Paso Canoas entre Panamá y Costa Rica.

"El Minsa ha fortalecido los equipos de salud y la vigilancia en El Progreso para prevenir y contener cualquier posible brote de epidemiológico", recalca el comunicado de la entidad.

La entidad rectora de salud de Panamá informó que inició una serie de acciones de prevención como una jornada de vacunación, control vectorial y el establecimiento de un cordón sanitario en la zona.

El pasado 18 de diciembre, Costa Rica canceló "de manera definitiva" la entrega de visas a migrantes cubanos, de los cuales 7.800 quedaron varados en la zona norte del país desde mediados de noviembre, cuando Nicaragua les cerró la frontera.

El gobierno costarricense ha negociado un acuerdo con países vecinos como El Salvador, Guatemala y México para crear un corredor que le permita a estos migrantes llegar a Estados Unidos, pero ha advertido que ya no recibirá a más de ellos, incluidos los 1.000 que esperan en Panamá.

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