Dos muertos en protestas de campesinos en Colombia

Dos personas murieron y decenas resultaron heridas este jueves en Colombia en el cuarto día de protestas por mejoras agrarias en las que participaban más de 30.000 manifestantes en varios puntos del país, informaron fuentes oficiales y de entidades indígenas.

"Se reporta, hoy, el fallecimiento de dos indígenas durante jornada de protesta", indicó en su cuenta en Twitter el ministerio de Defensa, citando a su titular Luis Carlos Villegas.

"Se están estudiando todas las líneas de investigación (...). No tenemos evidencia, por el momento, de que (las muertes) sean por actos de la Fuerza Pública", agregó en otros tuits.

Gersain Cerón y Marco Aurelio Diaz, comuneros de resguardos indígenas del municipio de Caldono, departamento del Cauca (oeste), donde se registraron los mayores disturbios, fallecieron por impacto de balas durante enfrentamientos con la policía, informó por su parte la Organización Nacional de Indígenas de Colombia (ONIC).

Las manifestaciones iniciadas el lunes, que en muchos casos han implicado cortes de rutas en los que se han producido refriegas con la fuerzas del orden, dejaban además unos 135 heridos, según un comunicado de la ONIC, que denunció ataques de policías y militares "con gas lacrimógeno" y "armas no convencionales".

El ministerio de Defensa reportó por su parte 24 miembros de la fuerza pública heridos durante la protesta social.

La Defensoría del Pueblo, el organismo que vela por los derechos humanos en el país, indicó por su lado en su último balance que los enfrentamientos sumaban "21 civiles y siete miembros de la fuerza pública heridos".

"Las expresiones de inconformidad traducidas en concentraciones masivas, marchas y taponamientos (de rutas) tanto ocasionales como permanentes, han provocado afectaciones en 45 municipios de 24 departamentos", de los 32 que tiene Colombia, precisó el ente, que reportó "más de 30.000 manifestantes vinculados a los movimientos de protesta social".

Al menos 14 cortes de carreteras se mantenían activos en zonas del oeste y centro-oeste del país, agregó en un comunicado.

La vía Panamericana, que une las ciudades de Pasto y Popayán con Cali, la tercera metrópolis de Colombia, mantenía numerosos cortes, provocados por campesinos que se encontraban apostados a los lados de la carretera, bloqueada con piedras y palos, según constató un periodista de la AFP.

La protesta, convocada por la Cumbre Agraria, persigue mejoras para el sector y denuncia el presunto incumplimiento de acuerdos para la Colombia agrícola y rural alcanzados con el gobierno de Juan Manuel Santos tras paros de fuerte impacto en 2013 y 2014.

La Cumbre Agraria, que reúne movimientos sociales de indígenas, campesinos y afrodescendientes, protesta contra el aumento de las importaciones de alimentos, que atribuyen principalmente a los tratados de libre comercio (TLC) firmados con Estados Unidos y Europa que, según afirman, compiten con la producción local.

También alegan altos índices de pobreza rural y la falta de tierras propias para cultivar, entre otros reclamos.

Los labriegos piden además protección ante amenazas contra voceros y líderes populares, denuncian afectaciones en las comunidades por la explotación minero-energética, e incluso piden participación en las conversaciones de paz que el gobierno sostiene en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas).

El gobierno, de su lado, ha tildado de "injusta" la protesta campesina e insistido en su llamado a dialogar antes de continuar las protestas.

Este jueves viajaron al Cauca los ministros del Interior, Juan Fernando Cristo, de Ambiente, Luis Gilberto Murillo; de Minas, Germán Arce; y de Posconflicto, Rafael Pardo, para tratar de negociar una salida a la paralización campesina.

"Cuando ustedes se reúnan con delegaciones del Gobierno y FARC, en La Habana, podrán expresar sus preocupaciones", tuiteó Cristo, sin dar mayores detalles de ese eventual encuentro.

Colombia vive un conflicto armado de más de medio siglo, surgido de una sublevación campesina y que se ha afincado especialmente en las zonas rurales y más apartadas del país, y que deja al menos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,8 millones de desplazados, según cifras oficiales.

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