Los bomberos de la localidad francesa de Mont-Saint-Aignan (Rouen) destaparon el pasado viernes un escabroso suceso. Una mujer de 82 años llevaba varias semanas sin aparecer en el centro social del municipio, lo que alertó a los vecinos y llevó a los bomberos a acudir a su vivienda. Llamaron a la puerta y nadie respondió, y cuando entraron tras romper una ventana se encontraron con el cuerpo de un hombre momificado en la bañera.
La octogenaria estaba acostada sobre el suelo y se encontraba deshidratada. Durante su traslado al hospital explicó que el cadáver de la bañera era el de su hijo, que había fallecido hacía seis años cuando tenía 51 años, según informa el diario de la zona 'Paris-Normandie'.
Asimismo, la mujer añadió que lavaba el cuerpo con asiduidad y que le cambiaba la ropa. Las autoridades practicarán una autopsia esta semana para determinar la causa de la muerte y la fecha exacta.
Conmoción en el barrio
"No lo veíamos desde hace años. Pensábamos que se había ido a continuar su vida a otro lugar. Nos preguntábamos si era autista u otra cosa. Antes salía siempre con su madre a hacer la compra, pero después ya solo salía ella", explicó un vecino al mismo periódico.
Los vecinos señalaron que la mujer solo salía de su casa para hacer la compra y que no hablaba con nadie. Únicamente se relacionaba con los carteros para recoger paquetes.
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