El narcotráfico no cesa y en una de sus últimas operaciones de la Guardia Civil se ha desarticulado una banda que, además de introducir sus alijos de droga en Granada o Málaga desde Marruecos, 'alquilaban' sus redes al resto de clanes que operan en la zona si estos se veían cortos de personal. Tan bien les iba el 'negocio' que gran parte de sus ingresos provenían de estos encargos. Fuentes cercanas a la investigación aseguran a La Información que la colaboración entre clanes de esta manera tan mercantil es inusual. Si es más normal que "se hagan algún favor o se estén devolviendo alguno". Ahora, 13 personas han sido detenidas, entre ellas su cabecilla, y los agentes han desarticulado una organización dedicada al tráfico internacional de hachís... y dejado sin 'servicio' a otras bandas.
Cómo si de un menú a la carta se tratara, este clan afincado en su mayoría en Granada -Almuñecar y La Herradura-, ponía precio a todos los servicios necesarios para que un alijo de droga quedara oculto a la espera de ser distribuirlo por toda Europa. Los sueldos que pueden llegar a ganar todos los que intervienen en una sola descarga van desde los 50.000 euros del piloto de la lancha a los 35.000 para el encargado del GPS, los 3.000 de los encargados de recibir la droga en la playa a los 1.000 para cada uno de los que vigilan, móvil de usar y tirar en mano, para que no se acerque ninguna patrulla.
En este caso los servicios que se arrendaban iban desde botar las embarcaciones necesarias para el transporte, a personal para descargar los alijos, vehículos para su transporte y el almacén para la custodia. También estaban a la venta el personal necesario para el control y la vigilancia de los agentes por tierra o mar. Antes de que empezara el férreo marcaje de los agentes a estas bandas había solo cinco a diez personas vigilando. Desde hace año y media, con la llegada del Plan Carteia, poco a poco se ha incrementado el número llegando a localizar en una operación hasta 80 vigilantes en aguas del Estrecho.
En la operación 'Capnella', en la que también ha participado la Agencia Tributaria, se han intervenido 900 kilos de hachís, seis embarcaciones, un teléfono vía satélite, un radar-sonar y cuatro prismáticos profesionales además de nueve automóviles, dos motocicletas, dos armas cortas, 40 teléfonos móviles y cuatro walkies talkies con los que mantenían unas férreas medidas de seguridad. La mayoría de los detenidos vivían en Granada y todos llevaban una vida sin mucha ostentación, para evitar así llamar la atención. Cualquier coche o persona que se acercaba a sus viviendas era vigilada en todo momento.
Pero además de dedicarse a 'vender' sus servicios, esta organización delictiva también dedicaba sus esfuerzos a narcotraficar. La investigación se inició en agosto de 2019, después de que se detectara su presencia introduciendo en España grandes cantidades de hachís procedentes de Marruecos y que operaba de forma permanente en las provincias de Granada y de Málaga.
Durante la investigación los agentes constataron que su modus operandi consistía en utilizar embarcaciones de recreo con dobles fondos para transporta la droga. De unos seis metros de eslora y a nombre de algunos de los integrantes del clan o de testaferros, estos barcos llegaban hasta las mismas costas de Marruecos para cargar el hachís o recibían el transbordo de la droga en alta mar desde embarcaciones de mayor envergadura y luego trasladaban la droga hasta las costas malagueñas o de Granada. En otras ocasiones utilizaban las conocidas narcolanchas.
El pasado 21 de noviembre fue intervenido un alijo de 900 kilos de hachís en la playa de Sabinillas de Estepona (Málaga). Tras el alijo frustrado fueron detenidas seis personas y de ese hilo empezaron a tirar hasta acabar desarticulando a toda la organización. La investigación todavía no está cerrada. Durante los registros en total se encontraron 19.000 euros. Ahora se le sigue la pista al resto de las ganancias. Los detenidos son nueve personas de nacionalidad española, tres marroquíes y un italiano y tienen antecedentes penales.
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