5,5 millones de euros

Millonarios sin vida: qué oculta la mayor indemnización por negligencia médica

  • Los padres de Paula llevaban siete años luchando para que se reconociera que sufrió daños en el parto que la dejaron tetrapléjica.
Condenan a Servicio Salud de CLM a indemnizar a una paciente con 5,5 millones
Condenan a Servicio Salud de CLM a indemnizar a una paciente con 5,5 millones
EFE

Ascensión y Juanjo son un matrimonio de una pequeña localidad de Ciudad Real. La vida les cambió en cuestión de minutos el día que menos podían esperarlo: el 14 de noviembre de 2010. La felicidad que suponía la llegada de su tercera hija, Paula, fue empañada por una negligencia médica contra la que luchan desde hace siete años. La pequeña sufrió daños en el parto que la dejaron tetrapléjica. Una parálisis muy grave le impide hablar, comer y moverse. Su madre no se separa de ella día y noche en una casa en la que, cuando entra el salario que gana el marido, lo primero que hacen es comprar todo lo que necesita la pequeña. La familia no sale a ningún sitio y a los hermanos de Paula les cuesta entenderlo. En la casa no hay calefacción en todas las habitaciones... Ahora recibirán 5,5 millones de euros y lo primero que comprarán será un coche adaptado para poder llevar a esta pequeña a la que su padre le fabricó una plataforma con dos barras de acero para que la cama de la habitación en la que se pasa gran parte del tiempo fuera más cómoda. Así se dibuja el futuro de estos millonarios sin vida que ahora celebran una victoria con lágrimas en los ojos y deseando que nada de esto hubiera pasado.

Ascensión sigue sin poder contener las lágrimas cuando recuerda el día que nació Paula. En una entrevista con La Información, relata que cuando llegó al hospital lo hizo tras "un embarazo normal, después de haber pasado todos los controles previos con resultados normales". No olvida el momento en el que la pequeña dejó de moverse. "La matrona nos dijo que la pequeña llegaba con una vuelta del cordón umbilical al cuello pero que no nos preocupáramos". En ese momento, esta mujer de 45 años pidió que le hicieran una cesárea pero la respuesta que recibió fue "Paula va a estar aquí rápidamente". Ascensión nunca olvidará a esa matrona, para la que pide que no vuelva a trabajar. Ha estado siete años negando lo que, finalmente, una sentencia -a la que ha tenido acceso este medio- ve probado: la matrona y el ginecólogo que asistieron su parto han sido condenados por un delito de "lesiones por imprudencia profesional grave".

La bebé llegó al mundo con un parto natural "y yo creía que estaba muerta", recuerda la madre. La tranquilizaron asegurando que lo que estaba era "dormida". Fue consciente de que algo había salido mal cuando escuchó que "llamaron rápidamente al pediatra y les oía dar muchas voces". En cuanto pudo se levantó de la cama para ver a su pequeña "porque se la llevaban al Hospital General de Albacete. Tenía tubos por todas partes", cuenta mientras rompe a llorar. Durante tres meses, Ascensión no se separó de su pequeña. "Dormía donde podía en el hospital. Unos días en la Residencia de Madres cuando quedaba algún hueco, otro en un sofá e incluso en el suelo", relata. Un mes en la UCI, otro en neonatos, proque "cuando iban a darle el alta tuvo una bronquiolitis que retrasó su llegada a casa".

El pueblo, de menos de 2.000 habitantes, se volcó. Eran muchos los que les decían que tenían que denunciar al Hospital Gutiérrez Ortega de Valdepeñas. Al final lo hicieron, ayudados por el anterior alcalde de la localidad. Si en algún momento esa idea les había pasado por la cabeza rápidamente la desechaban porque "no teníamos ni un euro para hacerlo". Cada mes, cuando llega el sueldo del marido, lo primero era pensar lo que necesita la pequeña "asumiendo esos esfuerzos para que cuente con las mejores atenciones y servicios que para ella son básicos". Cuidados constantes, aerosoles, cremas, aceites, fisioterapia continúa por sus problemas respiratorios, una silla de rueda, una cama articulada... son solo algunas de las cosas que necesita esta pequeña, una niña que solo con su sonrisa, dice su madre, les daba ánimos para seguir luchando para que se hiciera justicia.

"La cama articulada que tiene ahora nos costó unos 600 euros, pero no  pudimos comprarla con carro elevador, por lo que mi marido se las ingenió para hacerlo". Para ello cortó dos barras de hierro y se las soldó a las patas de la cama, subiéndola en altura para que sus cuidados fueran mejor. Y ahí, junto a la cama, se pasa las horas su madre. "Algunos me dicen que la tengo en una burbuja, pero como la casa no tiene calefacción en todas partes y por ejemplo ahora hace mucho frío me da miedo que se ponga mala". Relata que "ahora le sucede menos, pero cuando era pequeña se atragantaba mucho con los mocos, llegaba a ponerse morada y la única que sabía aspirarlos era yo". Es uno de los motivos por los que Ascensión va en coche cada vez que tiene que hacer algún recado y nunca apaga el móvil "aunque haya letreros que lo obliguen" por si tiene que volver corriendo a casa porque Paula ha empeorado.

Ahora, con los 5,5 millones de euros que recibirán como indemnización podrán comprar una silla de rueda nueva "porque tiene una luxación de cadera", una cama que tenga todo lo necesario para su cuidado, un coche adaptado en el que puedan transportarla sin los problemas que tienen ahora e, incluso, hacer obras en la casa para que la pequeña pueda disponer de todas las comodidades en la planta de abajo. Es lo primero que responde esta mujer, que nunca olvidará el día en que conocieron a Francisco Fernández-Bravo, abogado de la Asociación 'El Defensor del Paciente'. Él tampoco olvidará el día en que intentó ponerse en contacto con ellos, que no podían desplazarse hasta Ciudad Real. Cuando llegó a Villahermosa y vio a Paula se sintió "abrumado por la situación, por el daño tan brutal que se le había hecho a una niña tan pequeña". Era el 9 de julio de 2013.

Ayer se conoció el desenlace de siete años de lucha, de incertidumbre, de buenas y malas noticias, hasta escuchar la sentencia que fijaba la mayor cuantía por una negligencia médica en España. Francisco Fernández-Bravo se fue solo a Valdepeñas a presentar la denuncia contra el hospital. "Juanjo me firmó los papeles que requería en el capó de su tractor", recuerda. El abogado se muestra contento con el resultado porque "se ha hecho justicia con una familia que ha estado abandonado por todos". Ha reprochado cómo a lo largo de los años la niña iba teniendo más necesidades y la familia "no ha recibido ayuda de nadie" en un pueblo con un centro de salud que en pocas ocasiones cubría las necesidades de Paula. 

También ha desglosado los conceptos de la indemnización, que es el resultado de la cuantía indemnizatoria total de 2.591.498 euros, sumándole los intereses punitivos a las compañías aseguradoras Zurich y Mapfre de un millón de euros. Además, ha explicado que existen unos intereses legales que tienen que pagar la Administración y los médicos de 629.672 euros y una pensión anual de 25.500 euros con una estimación de 10 años de vida de la niña. "Es un cálculo bastante cauteloso", puntualiza. Con todo este dinero ahora se podrá construir 'una jaula de oro' en la que Paula pueda vivir sin que le falte nada. "Tenerla es lo mejor de todo este drama", asegura Asunción que se pone otro reto: "Que la niña pueda ser escolarizada".

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