Nepal teme un terremoto peor que el de Haití

  • El terremoto de Haití dejó más de 200.000 muertos y 1,5 millones de desplazados. Nepal vive en estado de alerta continua ante la amenaza de que las placas tectónicas que originaron la cordillera del Himalaya desaten en cualquier momento un temblor de consecuencias aún más devastadoras que las de Haití. Por eso, las organizaciones internacionales como Cruz Roja o la ONU y una ONG local están trabajando para que las débiles infraestructuras y viviendas del país puedan superar el embate de la tierra.
Típica casa nepalí hecha de arcilla o adobe
Típica casa nepalí hecha de arcilla o adobe
Peace Corps de EEUU
Jason Overdorf | GlobalPost

(Katmandú, Nepal).El especialista en desastres naturales Amod Dixit no tiene duda alguna: "Si Katmandú registra un seísmo de intensidad IX en la escala Mercalli, las consecuencias serán mucho peores que las de Haití".A diferencia de la más conocida escala Richter, que mide la magnitud de un terremoto en su epicentro, la escala Mercalli mide la intensidad del temblor en puntos específicos, básicamente midiendo la destrucción de edificios y de estructuras naturales.

Dixit tiene todos los motivos para estar preocupado. En el punto álgido de colisión entre las placas tectónicas que dieron lugar a los Himalaya, Nepal está atravesado por fallas geológicas que están acumulando presión desde hace siglos. Un terremoto que en su epicentro sea de magnitud 6 ó 7 en la escala Richter y que se produzca a 300 kilómetros de distancia podría generar en Katmandú temblores de nivel VIII, IX o incluso X en la escala Mercalli.

En otras palabras: algunos expertos creen que Katmandú está destinado a sufrir temblores más devastadores que los que arrasaron Haití en enero, del nivel IX. La última vez que se registró un seísmo catastrófico en Nepal, en 1934, una cuarta parte de todas las casas del país se derrumbaron, desaparecieron docenas de valiosos monumentos y murieron más de 20.000 personas. El siguiente gran temblor podría ser mucho peor, especialmente en el valle de Katmandú, un cuenco que atraparía y amplificaríala oleada de energía.

"Chile ha tenido un terremoto de enorme magnitud en el pasado, y como país de ingresos medios ha contado con los recursos y las instituciones para construir edificios e infraestructuras resistentes a los temblores", explica Saurabh Dani, un especialista en gestión de desastres naturales que trabaja con el Banco Mundial para el sur de Asia. "Haití y Nepal son países de ingresos bajos, con estándares de construcción pobres, e incluso con un terremoto de magnitud menor que el de Chile el número de pérdidas humanas puede ser catastrófico".

Desde 1997 la población del valle de Katmandú se ha duplicado, pasando de tener 1,5 millones de personas a más de 3 millones. Resulta aún más preocupante la densidad de la población, que ha aumentado drásticamente. Cada año se construyen en la zona entre 10.000 y 20.000 edificios nuevos, la mayor parte sin cumplir apenas los códigos de edificación. Si se produce el gran temblor del que hablan los expertos, dos tercios de esas casas se derrumbarían, y el número de víctimas sería cuantioso.

"La densidad de la población en cada hogar ha crecido de forma espectacular, por lo que el terremoto será mucho más letal de lo que se pudo prever en el pasado", afirma Dixit. "Nuestros cálculos de hace 10 años de unos 40.000 muertos y 100.000 heridos hospitalizados podría fácilmente duplicarse, o incluso ser 2,5 o tres veces mayor".Y eso es sólo el comienzo.

A diferencia de Haití, Nepal es un país sin salida al mar, separado por las altas cumbres del Himalaya de vecinos como China e India, que le podrían ayudar llegado el caso. La única vía de entrada para suministros y equipos de rescate para Katmandú sería su pequeño aeropuerto de una pista. Y no hay garantías de que su sistema de control aéreo, o su suministro de agua, electricidad y combustible, pudiese sobrevivir a una primera oleada de temblores.

La respuesta ante una posible catástrofe en la zona está claramente en la prevención -o mitigación- más que en el rescate. "Mi preocupación está en cómo poder reducir el número de personas que tendríamos que extraer de entre los escombros", afirma Robert Piper, encargado de la ayuda humanitaria de la ONU en Nepal. "Esas son las medidas de mitigación de los efectos, y ahí es donde nuestro nivel de preparación es más que patético".

Piper es uno de los principales impulsores de un plan pionero para cambiar esta situación. Un consorcio en el que participan la ONU, la Cruz Roja, el Banco de Desarrollo Asiático y el Banco Mundial ha puesto en marcha un proyecto de más de 96 millones de euros (130 millones de dólares) con el que pretenden mejorar la capacidad de respuesta de Nepal ante un gran terremoto. También buscan atenuar sus posibles efectos mejorando las estructuras de escuelas y de hospitales, con lo que se podrían salvar cientos de miles de vidas.

"No va a salvar todas las vidas", reconoce Piper. "No podemos renovar cada edificio en el valle de Katmandú. Pero si mejoramos todas las escuelas, y los hospitales, y si cambiamos los puentes y llevamos recursos hídricos a donde se va a evacuar a la gente... los resultados se notarán".

La organización NSET de Dixit ha dado el primer paso. Viendo que demoler y construir de nuevo 32.000 escuelas públicas resulta imposible para un país donde la renta per cápita es inferior a 500 dólares, esta organización nepalí ha demostrado que por 30.000 dólares es posible renovar las escuelas para evitar la pérdida de vidas. Hasta el momento, NSET ya ha reformado 200 escuelas.

Dixit asegura que en la última década NSET ha demostrado que estar preparados ante una catástrofe natural no es tan costoso como se pensaba, ya que los conocimientos y la tecnología para mejorar la situación ya existen. Los países en desarrollo, dice, no tienen que angustiarse pensando que sólo las naciones ricas se pueden permitir medidas de seguridad sísmica.

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