Nuevos descubrimientos

¿Por qué los niños se contagian menos? La clave está en cómo entra el virus

Menores y el coronavirus
Menores y el coronavirus
EFE

Los niños representan menos del 2% de los casos de coronavirus identificados y, ahora, un equipo de científicos del Hospital Monte de Sinaí de Nueva York cree haber encontrado una posible explicación: la expresión de la proteína ACE2 en el epitelio nasal es más baja en los menores y esta aumenta en la edad adulta.

Precisamente, el coronavirus actual, el SARS-CoV-2, es capaz de entrar en la célula humana gracias a una proteína denominada Spike (la llave que necesita para entrar), la cual se une a una enzima llamada ACE2 (la cerradura) que se encuentra en nuestras células. Este estudio, publicado en la revista JAMA, demuestra por tanto que la expresión de ACE2 en el epitelio nasal es más baja en los niños pequeños y que se incrementa en las personas adultas. "Por qué los niños tienen menos COVID-19 que los adultos ha sido un rompecabezas", señala Supinda Bunyavanich, del Monte Sinaí, quien explica que "ahora se ha formulado la hipótesis de que una menor expresión de la proteína ACE2, que el virus del SARS-CoV-2 utiliza para entrar en el cuerpo, podría explicar por qué los niños tienen menos probabilidades de contraer COVID-19".

Para esta investigadora, los resultados de este trabajo "podrían ayudar a explicar por qué los niños representan menos del 2% de los casos de Covid-19 registrados" y, además, apuntan la posibilidad de que la expresión de la proteína ACE2 pueda servir como biomarcador para evaluar la susceptibilidad a desarrollar la enfermedad.

Para llegar a estos resultados, los investigadores hicieron un análisis retrospectivo de muestras nasales de un total de 305 pacientes de entre 4 y 60 años registrados en el Sistema de Salud del Monte de Sinaí; las muestras fueron tomadas durante 2015 y 2018. Si bien los científicos han encontrado una posible respuesta a por qué el contagio y la mortalidad en niños es mucho más baja, son necesarios otros estudios para evaluar por ejemplo el grado en que la expresión de ACE2 puede utilizarse como biomarcador de la susceptibilidad de la Covid-19, admiten los propios autores.

Los menores y el Kawasaki

Después de que al menos dos niños y un joven hayan resultado muertos y 161 más hospitalizados en el estado de Nueva York la semana pasada por una dolencia inflamatoria que ha sido relacionada con el coronavirus, los hospitales de la región han iniciado análisis detallados de los pacientes para averiguar si comparten alguna variación genética.

Un equipo de más de 30 epidemiólogos, médicos clínicos y estadísticos revisan miles de páginas de informes médicos en un esfuerzo para investigar la rara enfermedad que ha afectado a más de 160 niños de la región, que incluyen una inflamación múltiple del sistema, y que los expertos han relacionado con el coronavirus.

La dolencia, llamada síndrome inflamatorio multisistema, puede estar caracterizado por la inflamación del corazón, los vasos sanguíneos, los tractos gastrointestinales y otros órganos, algo que se cree está causado por una reacción al coronavirus. Por ahora, el carácter desconocido de este síndrome ha llevado al gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, a prohibir la apertura de los colegios de verano.

Los doctores de Nueva York han asegurado que desde que se empezó a investigar la conexión entre el Zika en mujeres embarazadas y la microcefalia de sus hijos en 2015 y 2016, no ha habido un esfuerzo tan urgente por descifrar esta misteriosa amenaza para los niños. "Estamos mirando todo lo posible, terapias, diagnósticos, los cuadros clínicos, y estamos intentando unirlo todo", dijo el comisario de Salud del estado de Nueva York, Howard Zucker, al New York Times.

Según el medio, durante una reunión virtual convocada urgentemente entre varios pediatras del estado de Nueva York la semana pasada, uno de los doctores informó de que había habido un aumento de más de 40 niños en su hospital. Otro de los médicos habló de peligrosas dolencias cardíacas entre los menores afectados por el síndrome, y uno más explicó cómo un adolescente de 14 años fue ingresado en buenas condiciones en un hospital del Bronx pero cuyo estado se deterioró con rapidez.  "Veinticuatro horas más tarde, estaba delirando agresivamente y se le tuvo que sujetar y sedar", recordó el médico Michael Ushay. Los primeros casos del nuevo síndrome empezaron a llamar la atención de los médicos a finales de abril y principios de mayo, un mes después del pico del coronavirus en Nueva York.

Casi de forma inmediata, los doctores notaron que algunos pacientes tenían unos síntomas muy parecidos a los que se desarrolla con la enfermedad de Kawasaki, que también lleva a la inflamación de los vasos sanguíneos y cuyos síntomas van desde rojez de los globos oculares a arterias coronarias dañadas que pueden desembocar en ataques de corazón o aneurismas. Sin embargo, con la enfermedad de Kawasaki pocos eran los niños que acababan en cuidados intensivos o con necesidad de soporte vital, mientras que las víctimas del nuevo síndrome sí lo hacen.

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