Sobre todo en Cataluña

Sanidad 'elimina' más de 1.900 fallecidos con un retoque de cifras... y ya es el sexto

Fernando Simón
Fernando Simón
Europa Press

España pasó de tener 28.752 fallecidos por el coronavirus a 26.834, 1.918 menosen solo 24 horas. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, justificó ayer el abrupto cambio en las cifras con un esfuerzo por "limpiar" la serie histórica y "unificar" los criterios entre las comunidades autónomas. La actualización de los datos de la Covid-19, con nueva presentación en sus columnas incluidas, también mostró un notable descenso de 2.406 enfermos hospitalizados en un día, que Sanidad justificó a pie de página con el hecho de que algunas autonomías están "depurando sus datos". No es la primera vez que esto ocurre. De hecho, es la sexta ocasión en que los 'retoques' del Ministerio que dirige Salvador Illa en sus informes provocan cambios bruscos en las cifras diarias que dificultan el análisis del gran cuadro de la pandemia.

"Cualquier cambio de este tipo afecta al desarrollo de los trabajos", explica la científica de la Universidad Politécnica de Barcelona Clara Prats, que asegura a La Información que su equipo se ha visto obligado a suspender el análisis de los datos en su último informe porque la última actualización de la curva de la Covid-19 publicada por el Instituto Carlos III corresponde al 20 de mayo, y no se pueden utilizar datos viejos para analizar el comportamiento actual del virus. Lo más urgente para Prats es que se "corrijan" las series y "se coloque o elimine en el tiempo y lugar correspondiente la nueva información. Esa es la única forma de ver cuán significativos son los cambios, que, por intuición, pudieran 'suavizar' un poco la curva, aunque es pronto para sacar conclusiones". 

"Las cifras que tenemos en ningún caso se corresponden a la realidad", según el microbiólogo Gabriel Reina de la Clínica Universidad de Navarra. El experto ha asegurado que es "extremadamente complejo" conocer la incidencia de la pandemia en el país, sobre todo a tiempo real, y que las irregularidades en los números de Sanidad se deben, en mayor medida, a su esfuerzo por obtener información útil: "Siempre va a haber errores. Al unificar los criterios entre comunidades se garantiza al menos de que se está analizando lo mismo en todo el territorio. Al final son estimaciones". Sobre el criterio para decidir qué contabilizar y qué no -Cataluña y Madrid incluyen los datos de las funerarias para contar las defunciones y los casos 'sospechosos' para enumerar a los contagiados, que Sanidad ignora- el científico sostiene que es una decisión de las autoridades. Lo cierto es que, en la mayor parte de los cambios, el Ministerio se ha decantado por criterios que atenúan el golpe del virus.

A continuación, reflejamos los otros cinco cambios en el tratamiento estadístico realizados en los datos desde el inicio de la pandemia.

4 de abril: desaparición de totales de los hospitales y UCI

Un pequeño asterisco desató la primera polémica. El símbolo apareció por sorpresa al lado de la cifra de ingresados en las UCI de Madrid el jueves 4 de abril y se multiplicó en otras comunidades y en la columna de hospitalizados al día siguiente. No era un mero adorno. El cambio rompió con la unidad del informe. Las CCAA destacadas mostraban la prevalencia en las salas -las personas en una UCI a día de hoy- y el resto, el dato acumulado hasta ahora. Esta disparidad creó baches en las comparaciones entre la situación en los centros sanitarios de las distintas zonas de España. La investigadora Clara Prats aseguró en su momento que, desde el punto de vista científico, "no tiene ni pies ni cabeza porque no tiene sentido hacer una suma global con esos datos".

Las autoridades tomaron nota  y decidieron dar marcha atrás y dejar de ofrecer totales hasta disponer de cifras uniformes. La duda, por aquel entonces, fue: ¿Con qué dato se quedarán?  ¿Con el que muestra lo que ocurre en los hospitales en la actualidad o con el dato acumulado del colapso en las salas? Tras 19 días de incertidumbre, Sanidad volvió a arrojar los totales de ambas columnas y se decantó por el dato acumulado en vez de la cifra que desvela la situación actual de los centros, clave para dar por 'controlada' la situación

16 de abril: focejeo para 'eliminar' los otros informes

El Gobierno central tiene el mando único de la gestión de la pandemia  desde que el 14 de marzo se inició el estado de alarmaNo obstante, Cataluña fue la primera en lanzarse a presentar sus propias cifras, y los fallecidos que registra duplican a los del Gobierno central. El repunte obedece a que la Generalitat sí cuenta a los fallecidos por un "posible" caso de virus que recogen las funerarias. Esto 'salpicó' a Sanidad, pero un decreto en el BOE calmó las aguas. La orden establece que el Gobierno solo cuenta como víctimas mortales de la Covid-19 a los fallecidos que han sido sometidos a algún tipo de prueba oficial. Esto dio un poco de aire al Ejecutivo, pero no acabó con el tira y afloja porque Madrid también adoptó su propio método. Cada día hay más distancia entre los informes.  

17 de abril: más fallecidos en el aire

La cifra de muertos que maneja Sanidad también ha sido cuestionada. El 17 de abril, por ejemplo, la actualización reveló 585 defunciones nuevas, pero el total reflejado dejó 236 fallecidos 'fuera'. Todavía no se sabe dónde se quedaron. Las páginas del informe que desglosa las víctimas mortales también ha recibido críticas de 'insuficiencia' por la ausencia del dato de los difuntos en residencias de ancianos. El Gobierno los tiene, pero todavía no se sabe bien si ya han sido incluidos en la serie histórica. Según los datos de algunas CCAA, los usuarios de este tipo de centros que han fallecido por el virus o con sus síntomas son más de 17.600. 

29 de abril: 'boom' de curados

El dato de recuperados siempre ha tenido un trato especial por ser la buena noticia del día. En la actualización del 29 de abril apareció una aclaración que rezaba: "Además de los 7 nuevos fallecidos de hoy, Galicia ha notificado otras 128 defunciones correspondientes a centros sociosanitarios que no corresponden a defunciones actuales y por tanto no se reflejan en la columna 'Nuevos fallecidos' pero se han incluido en el total. También ha consolidado datos de altas, lo que explica el gran incremento de los curados". Esto explica que la cartera de Illa no incluyó en la categoría de nuevas muertes a los fallecidos detectados ese día en la comunidad por un "retraso", pero sí notificó las altas recopiladas en ese momento como 'nuevas', pese a la advertencia de que el alza también se debió a un atraso en el recuento. Los expertos todavía no han ofrecido una explicación sobre el hecho de que en algunas categorías se tomen datos 'viejos' como nuevos y en otras no.

24 de abril: 'elección' de los afectados

La tabla de afectados sufrió el tijerazo más drástico de las columnas. El 24 de abril, el número de contagiados por el coronavirus pasó de 219.764 a 205.905, unos 13.859 menos, porque el Gobierno decidió difundir solo los datos de los enfermos diagnosticados con una prueba PCR. La medida de separar los casos según el tipo de examen puede tener su validez metodológica, pero la de desterrarlos de las estadísticas no. Esto generó muchos cuestionamientos, y las autoridades se vieron obligadas a traerlos de regreso por unos días. Pero, esto no zanjó la polémica. Los afectados se volvieron a 'evaporar' de las hojas durante una semana, de nuevo para 'cuidar' la serie histórica, y este lunes volvieron a aparecer. Estos 'vaivenes' afectan mucho a la percepción de los ciudadanos hacia la crisis en un momento tan delicado como es la desescalada. 

Estos son algunas de las 'irregularidades' en la rendición de cuentas de la crisis sanitaria por parte del Ejecutivo. Las autoridades han 'moldeado' las actualizaciones diarias que ofrecen con criterios que parecen hechos a su medida. Mientras, la oposición ha exigido al Gobierno central que desvele los informes que evidencian los criterios para acceder al cambio de fase de las autonomías en la desescalada y la identidad del comité de expertos que toma las decisiones. Además, la magistrada que investiga si hubo prevaricación con la autorización del 8-M ha reclamado al Ministerio de Sanidad todas las recomendaciones que lanzaron sobre la amenaza del virus para aclarar si la Delegación de Gobierno de Madrid contaba con información suficiente para suspender las marchas. Este cruce de fuego a nivel político y técnico ha emborronado la foto fija de la pandemia en un momento crucial para superar la crisis sin los rebrotes que ya han sufrido otros países.

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