Nuevos choques entre manifestantes y Policía en ciudad fronteriza tunecina

  • La Policía de Túnez y cientos de manifestantes que protestan por el cierre del paso fronterizo entre Túnez y Libia de Ray Yadir, volvieron a protagonizar violentos enfrentamientos por segundo día consecutivo en la ciudad tunecina de Ben Guerdan (sureste).

Túnez, 11 ene.- La Policía de Túnez y cientos de manifestantes que protestan por el cierre del paso fronterizo entre Túnez y Libia de Ray Yadir, volvieron a protagonizar violentos enfrentamientos por segundo día consecutivo en la ciudad tunecina de Ben Guerdan (sureste).

Según informaron a Efe fuentes locales, los efectivos de la Policía, que ayer abandonaron el centro de la ciudad tras agotar el material antidisturbios, regresaron hoy junto con refuerzos al centro de Ben Guerdan, situada a 38 kilómetros de Libia y cuya economía se sustenta en el comercio transfronterizo.

Ayer, los manifestantes, que también exigen la aplicación de políticas laborales y sociales en la región, quemaron la comisaría central, así como las oficinas del Servicio de Aduanas y del partido gubernamental Al Nahda.

La policía ha empleado gases lacrimógenos para disolver a los participantes en la protesta, concentrados en el centro de Ben Guerian, donde los comercios han cerrado sus puertas.

Las manifestaciones comenzaron hace una semana para protestar por la clausura del paso de Ras Yadir, que se cerró el 4 de diciembre. Los choques de ayer coincidieron con una huelga que se convocó a pesar de que las autoridades reabrieron la frontera, que permaneció en funcionamiento durante diez horas y que hoy permaneció cerrada.

Según dijo a Efe un habitante de Ben Guerdan, la policía irrumpió de manera violenta en varios domicilios en busca de supuestos activistas, lo que según el testigo, que habló bajo condición de anonimato, enfureció a muchos vecinos.

Los líderes sindicalistas de la localidad también han condenado el "uso masivo de la violencia" por parte de las fuerzas de seguridad.

Las manifestaciones y disturbios sociales y laborales, origen de la revuelta popular que el 14 de enero de 2011 acabó con el régimen del presidente tunecino, Zin el Abidín Ben Ali, se han convertido en algo habitual en el país, especialmente en las regiones empobrecidas del interior.

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