Obiang dilapida millones de euros mientras que el 60% del pueblo vive con 1 dólar al día

En 2011 se celebró en Guinea Ecuatorial la 17º Cumbre de la Unión Africana. Obiang quiso, por una parte, hacer un alarde de riqueza ante sus socios africanos y, por otra, ocultar ante la opinión pública la miseria en la que vive la mayor parte del país. Así, mandó construir la ciudad de Sipopo, ubicada en la isla de Bioko a pocos kilómetros de Malabo.

No reparó en gastos. Edificó una mansión para cada presidente africano que acudía al evento (52 en total), un hospital que podría ser la envidia de cualquier europeo, un hotel de lujo, un campo de golf, una playa privada, y una autovía iluminada de 16 kilómetros y tres carriles para llegar hasta allí.

La Cumbre duró 3 días en los que la actividad de Sipopo fue frenética. Después, pese a las promesas del dictador de convertir el complejo en un referente turístico, la ciudad se quedó vacía. Solamente unos pocos coches afortunados pagan el elevado peaje para acceder al hospital: los astronómicos precios de ese centro de salud hacen que sea una minoría quien pueda acceder a los servicios.

Obiang consiguió impresionar a sus colegas africanos, pero la factura fue cara: 580 millones de euros. Sólo el palacio de congresos y el edificio anexo costaron unos 200 millones de euros, la autopista Ela Nguema-Sipopo otros 86 y la urbanización de las villas residenciales unos 100 millones. El resto del dinero se invirtió en cuestiones como la electrificación, la red de fibra óptica, el helipuerto, etcétera.

No fue el único gasto astronómico ese año. El 7 de diciembre se inauguró la Basílica de Mongomo, con un coste estimado de 13,5 millones de euros. Sin embargo, se estima que el valor real de la Basílica supera los 400 millones de euros, si se tiene en cuenta la cantidad de oro, piedras preciosas y obras de arte que alberga en su interior.

Ya en 2012 comenzó la obra más faraónica del dictador. La ciudad de Oyala, situada entre Bata y Mongomo, está destinada a ser la futura capital de Guinea Ecuatorial. Desde que empezara su construcción, el gobierno ha invertido más de 300 millones de euros. Todavía no hay una fecha definitiva para su inauguración ni una estimación de gasto real.

Más de la mitad de la población vive con menos de 1 dólar al día

Son inversiones multimillonarias y, pese a ello, Guinea Ecuatorial se lo puede permitir. O al menos en apariencia. Según el Banco Mundial, Guinea tiene un PIB per cápita (un indicador que analiza el bienestar de la población) de 34.123 dólares, lo que le coloca en el puesto 22 de los 181 que analiza. Como referencia, el PIB per cápita de España es de 21.230 dólares y está situada en el puesto 25.

Sin embargo, la realidad del pequeño país africano de 757.014 habitantes es muy diferente. Más del 60% de la población vive con menos de un dólar al día, es decir, más de 455.000 personas. Además, más de un 80% de la población vive con menos de 2 dólares al día, más de la mitad no tienen acceso al agua potable y el 35% muere antes de los 40 años.

La mayoría de los niños no acuden regularmente al colegio y quienes lo hacen, no tienen medios suficientes para recibir lecciones con normalidad. El presupuesto para Educación (muy pequeño en comparación con lo empleado en obras públicas inaccesibles para la mayoría de la población) es de 77 millones de euros. Eso provoca, por ejemplo, que durante la época más dura de lluvias las aulas se inunden o que no haya profesores suficientes para cubrir las zonas rurales. Los pocos que quedan, deben pluriemplearse para poder alimentar a su familia, ya que el gobierno solo garantiza un sueldo de unos 200 euros al mes, completamente insuficiente para una persona y mucho menos para una casa de 4 o 5 miembros.

Por otro lado, las enfermedades como la malaria, la fiebre tifoidea, el sida… hacen verdaderos estragos en la población, ya que la mayoría no puede afrontar el coste de una simple pastilla de paracetamol, que puede superar los 5 euros en una farmacia.Corrupción de la familia Obiang

La riqueza del petróleo (unos 5.000 barrilespordía) y la explotación maderera, oro y piedras preciosas se acumula en manos de los Obiang y las familias que le apoyan incondicionalmente. En 2006, Obiang entró en octava posición en la lista de la revista Forbes de los líderes más ricos del mundo con una fortuna que se eleva a unos 600 millones de dólares. Su hijo, salpicado por escándalos de corrupción, recibe un sueldo de 7.000 euros mensuales, tiene una casa 35 millones de dólares en Malibú (que fue obligado a vender por la justicia de Estados Unidos como parte de un acuerdo para eludir la prisión acusado de corrupción), una flota de coches de lujo (en Francia posee al menos ocho por valor de 4.213.000 euros), un yate de 288 millones de euros, recuerdos de Michael Jackson por valor de 4 millones de euros y un jet privado, entre otras muchas propiedades.

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No es de extrañar, que buena parte de la población del país observe con escepticismo y enfado el destino que se da al dinero público en Guinea Ecuatorial. El pasado mes de abril una huelga de estudiantes, cansados de no recibir becas mientras Obiang dilapida el dinero, fue brutalmente reprimida por el régimen ecuatoguineano. Muchos de los ciudadanos de país lo tienen claro: "esto es como un globo en el que Obiang ha soplado tanto que está a punto de explotar".