Buenos Aires, 17 dic.- La Nunciatura Apostólica en Buenos Aires confirmó que un prelado enviado por la Congregación para los Obispos remitirá a la Santa Sede información recabada durante su visita a la diócesis argentina de Rosario, eje de sospechas de presuntas irregularidades financieras y supuestos maltratos.
"Del 18 al 22 de noviembre y del 10 al 13 de diciembre, monseñor José María Arancibia, arzobispo emérito de Mendoza, por encargo de la Congregación para los Obispos, ha hecho una visita fraterna a la arquidiócesis de Rosario con la finalidad de recoger informaciones sobre su actual situación pastoral", dijo la Nunciatura Apostólica de la capital argentina en un comunicado.
Según la nota oficial, Arancibia se reunió con el arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, con los obispos eméritos y con numerosos sacerdotes.
"El diálogo se ha desarrollado en respetuosa armonía y con la plena colaboración de los consultados", asegura el comunicado.
La delegación diplomática de la Santa Sede en Buenos Aires indicó que "el resultado de la visita será transmitido a la Santa Sede y, por lo tanto, todos han de abstenerse de sacar conclusiones y de emitir juicios anticipados, que serían imprudentes e injustos"
"El arzobispo emérito de Mendoza vino a Rosario enviado por la Nunciatura después de que algunas personas enviaran por alguna razón una serie de quejas", confirmó el arzobispo de Rosario (centro del país) en declaraciones publicadas el pasado domingo por el diario La Nación.
Mollaghan aclaró que lo dispuesto por la Santa Sede no es una intervención a su diócesis, que preside desde 2005.
El arzobispo de Rosario dijo desconocer el contenido de las denuncias, que medios locales afirman que se relacionan con presuntas irregularidades en manejos de fondos y supuestos maltratos a sacerdotes y laicos.
"Ha habido casos difíciles este año con algunos sacerdotes. Hubo casos en los que incluso tuvimos que intervenir jurídicamente. Estas cosas causan revuelo", señaló Mollaghan.
El prelado se negó a ahondar en detalles sobre estos "casos difíciles" al alegar que son "cuestiones reservadas".
El arzobispo de Rosario aseguró que las versiones sobre las supuestas irregularidades y los presuntos maltratos son "maliciosa" y "sin ningún tipo de asidero".
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