Echan a unos okupas a pedradas

Estalla el polvorín de Premiá: "Algunos vecinos tienen miedo de salir a la calle"

Desde las asociaciones de vecinos condenan cualquier acto de violencia y recalcan la cantidad de veces que denunciaron inseguridad en sus calles.

Incidente desalojo okupas en Premiá
Incidente desalojo okupas en Premiá
EFE

A pedradas. Así han acabado unos vecinos de Premià de Mar (Barcelona) con unos okupas que según denuncian tenían atemorizada la localidad desde que llegaron a sus calles hace algo más de año y medio. Les responsabilizan de un aumento en la zona de los robos a comercios y asaltos a personas, especialmente ancianos. Fueron los Mossos d'Esquadra los que tuvieron que escoltar a estos tres jóvenes de nacionalidad argelina hasta un albergue en Mataró la noche del pasado domingo cuando medio centenar de personas empezaron a increparles desde la calle. Uno resultó herido, al igual que cinco agentes, según declaran fuentes policiales a este medio. Ahora se trata de esclarecer unos hechos que desde ayuntamiento y Generalitat condenan. También desde las asociaciones de vecinos, todas en contra de cualquier acto violento, "venga del lado que venga". Lo que también lamentan, escuchar confesiones así cada día: "Tengo miedo de salir a la calle y cada vez que veo que vienen tres o cuatro jóvenes me cambio de acera".

En conversaciones con La Información relatan cómo el piso fue okupado hace meses pero ha sido ahora, en las últimas semanas, cuando la convivencia se ha vuelto cada vez más tensa. Sebastián Guirao es el presidente de una de estas asociaciones y tras 40 años viviendo en la localidad asegura no haber presenciado nunca tantos robos, okupaciones y, en general, una inseguridad que le relatan sus vecinos en el día a día, algo que le da "rabia e impotencia" y para lo que luchan desde hace meses para "acabar con ello" reunión tras reunión. 

Los vecinos están cansados. Insisten en aclarar que no se trata de un tema de racismo pero cada vez más presencian como algunos de los pisos de esta ciudad dormitorio de 33.000 habitantes se van okupando y se instaura más la violencia en sus calles. Peleas multitudinarias a machetazo limpio entre bandas rivales para controlar las esquinas donde se vende la droga, tirones de bolsos o joyas, atracos en los comercios, empujones para hacerse con un móvil, mofas y escarnios en la calle por el uso de la mascarilla, roturas de espejos de coches, robos de cartera a punta de navaja... y hace unos días, una supuesta agresión sexual múltiple. Esa pudo ser la gota que colmó el vaso de un vecindario que se considera "tranquilo" pero que desde que llegó la desescalada ha visto incrementar los delitos en plena calle y a cualquier hora "porque el confinamiento tampoco lo respetaban".

Dicha estadística no era la que tenían ni ayuntamiento ni Mossos y así lo expresaban en las reuniones mantenidas con los representantes de las asociaciones de vecinos meses atrás. "Llevamos un tiempo denunciando un incremento de la inseguridad", asegura Guirao a este medio. Y ese mensaje lo trasladaron a primeros de mayo. "La farmacia situada justo enfrente del piso desocupado ha sufrido robos durante la desescalada, al igual que las tiendas de comestibles de alrededor", recalca. 

Por ese piso en el que se agolparon los vecinos intentando entrar por su terraza escalando por la fachada así como desde el interior del portal habrán pasado "hasta 15 okupas". Desde hace un tiempo "unos les van comunicando a otros dónde poder estar cuando salen del centro de menores que se encuentra en una localidad cercana". Los vecinos no creen que todos sean los culpables de la inseguridad y piden que una vez abandonan dichos centros, porque ya son mayores de edad, se les debería "ofrecer un sitio al que ir", pero al mismo tiempo lamentan que muchos acaben en sus calles delinquiendo.

La noche del domingo en esa vivienda quedaban tres de todos los que habían vivido allí, y que se resistieron a marcharse. La situación se desbordó y las primeras patrullas de Mossos que acudieron a la céntrica avenida Lluis Companys junto a agentes de la policía local tuvieron que llamar rápidamente a más refuerzos. La vecina de al lado del piso okupado, al que su dueño ya ha cambiado la cerradura, es una mujer de más de 80 años que alguna madrugada había sido despertada llamando a su telefonillo y que la noche de los incidentes tuvo que ser llevada a otra vivienda de lo nerviosa que se puso al ver la situación de tensión que se estaba viviendo en la calle.

Entre aplausos fueron echados los okupas que "probablemente sean deportados a su país", según las informaciones que llegan a la asociación de vecinos. Atrás queda el incidente en el que un grupo de jóvenes apalearon a un agente de los Mossos fuera de servicio al enfrentarse a ellos porque estaban increpando a todos los que pasaban. El agente acabó con varias costillas rotas. Fue uno de los momentos de tensión vividos en sus calles que presentaron las asociaciones de vecinos a sus reuniones con el ayuntamiento. No el único. 

"Pero seguían hablando de estadísticas" hasta que al final, tras la agresión sexual múltiple a una joven de 30 años, volvieron a sentarse de nuevo para  explicar que las estadísticas son una cosa y la realidad que ellos ven, "otra" y que puede que los números no salgan porque "hay mucha gente que por miedo al coronavirus no llega ni a denunciar". El pasado 11 de junio, todas las asociaciones de vecinos solicitaron la creación de un plan de actuación que aborde "de manera general la actual situación de inseguridad ciudadana en el que se aportaran soluciones y trabajar conjuntamente con todos los actores implicados".

Desde esta última reunión se empieza a entablar un diálogo más constante con los agentes, llegando a desconvocar una manifestación, sin fecha todavía, para protestar por la violencia que sufren en sus calles. Pero el pasado domingo por la noche el polvorín estalla.  Desde la Asociación de Vecinos Centro-Can Ferrerons condenan cualquier acto de violencia pero lamentan que no se haya actuado antes. "Parece ser que las estadísticas no han sido capaces de ver venir el problema que llevamos denunciando desde hace mucho tiempo", recalcan en un comunicado. También se acuerdan de los vecinos del bloque den número 239 "por el calvario que habéis estado viviendo aguantando a los okupas". 

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