Países mediadores en Yemen condenan uso de violencia por parte de los hutíes

  • Varios países que han mediado en el Yemen expresaron hoy su preocupación por la situación en el Estado árabe y criticaron el uso de la violencia por parte del movimiento rebelde hutí para derrocar a las autoridades.

Saná, 26 ene.- Varios países que han mediado en el Yemen expresaron hoy su preocupación por la situación en el Estado árabe y criticaron el uso de la violencia por parte del movimiento rebelde hutí para derrocar a las autoridades.

"Es inaceptable el uso de la violencia para lograr objetivos políticos y derrocar a las instituciones legítimas", subrayó el llamado G10, formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, cuatro países del Consejo de Cooperación del Golfo y la Unión Europea.

En un comunicado, denunció asimismo las presiones que llevaron al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, y al Gobierno a dimitir la semana pasada, y que -agregó- intentan hacer "descarrilar el proceso de transición".

En el texto, firmado también por Alemania, Japón, Holanda y España, los países recordaron que el pueblo yemení ha sufrido ya bastante y hace frente a "desafíos humanitarios y de seguridad".

Advirtiendo a los hutíes, el grupo aseguró que son "responsables" ante el pueblo por haber conducido al país a una encrucijada.

Por ello, insistieron en que debe continuar el "proceso político legítimo y pacífico", con un calendario y transparencia, basándose en los resultados del Diálogo Nacional celebrado el año pasado entre las fuerzas yemeníes.

Este diálogo se desarrolló en el marco del acuerdo que llevó a Hadi a la Presidencia en 2012 en sustitución de Ali Abdalá Saleh, tras una revolución contra el régimen de este último un año antes.

El citado grupo de países pidió a todas las partes que cesen la violencia y condenó el secuestro de responsables gubernamentales y el asedio a las casas de los ministros llevado a cabo por los hutíes.

En los últimos días, han aumentado las voces que rechazan la toma del poder por parte de este movimiento chií, que controla además de Saná otras seis provincias del país.

La situación se mantiene en vilo después de que el Parlamento yemení aplazara ayer de forma indefinida la reunión extraordinaria prevista para decidir sobre la renuncia presentada el jueves pasado por el presidente.

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