Parlamento griego adopta medidas de rigor reclamadas por acreedores

  • Ocho días después del voto de confianza al segundo Gobierno de izquierda de Alexis Tsipras, el Parlamento griego adoptó la noche del viernes nuevas y dolorosas medidas dictada por los acreedores para seguir haciendo efectivos los préstamos internacionales al país.

Sólo la mayoría que respalda a la coalición gubernamental compuesta por la izquierda del primer ministro Alexis Tsipras (145 diputados) y la derecha soberanista Anel de Panos Kammenos (10 diputados) votó a favor "del principio" de la ley escoba, que prevé sobre todo nuevos recortes en las jubilaciones y subidas de impuestos.

El 'sí' comunicado por carta por una diputada de Syriza ausente no fue contabilizado y un diputado de Anel votó en contra de seis artículos que se referían mayormente a las tasas inmobiliarias.

Toda la oposición, de los comunistas a los neonazis de Amanecer Dorado, votaron en bloque contra la ley, aunque ciertos diputados aprobaron diversos artículos relacionados con la reforma de las jubilaciones.

Al término de un debate agitado, el rival conservador de Tsipras, Vangelis Meimarakis, denunció una ofensiva fiscal que generará recesión.

"Usted pide a Merkel (ndrl: canciller alemana Angela Merkel) que nos riña", ironizó dirigiéndose a Tsipras.

Las medidas previstas "no son nuevas, ya las conocían cuando votaron a favor del acuerdo del 13 de julio", suscrito in extremis entre Grecia y los acreedores del país para evitarle la salida del euro, objetó Tsipras.

Estas medidas "difíciles" son necesarias para mantener al país bajo perfusión financiera, "no perder el tren de la recapitalización bancaria" y abrir con los acreedores "la necesaria discusión para una reducción de la deuda", aseguró el primer ministro.

Esta votación era el primer test para su Gobierno, que obtuvo la confianza del Parlamento la semana pasada tras las legislativas anticipadas del 20 de septiembre, que su partido Syriza ganó por segunda vez en ocho meses.

Varios miles de personas se manifestaron por la noche en el centro de Atenas contra la adopción de esta hoja de ruta de rigor y reformas. La mayoría respondían al llamamiento del Partido Comunista y unos cientos al lanzado por el sindicato de funcionarios Adedy.

La ley adoptada aplica y amplía las medidas adoptadas a mediados de agosto por el Parlamento tras el acuerdo del 13 de julio.

A cambio del préstamo de 86.000 millones de euros en tres años concedido por los acreedores, Grecia debe seguir reduciendo el gasto público en detrimento del Estado social, una política aplicada desde el principio de la crisis de la deuda en 2010.

Su aprobación era una condición impuesta por la UE y el FMI para seguir haciendo efectivos los préstamos a Grecia, incluyendo un paquete de 2.000 millones de euros de aquí a fin de mes.

Llegado al poder por primera vez tras las elecciones de enero de 2015, Alexis Tsipras se vio obligado a dimitir a mediados de agosto después de perder su mayoría parlamentaria tras la escisión de Syriza ya que una parte se oponía al nuevo préstamo.

Sin embargo, Syriza ha podido sobrevivir tras la salida del ala euroescéptica del partido y la formación consiguió mantenerse en el poder un mes después.

El principal partido opositor, la Nueva Democracia de Meimarakis, los socialistas del Pasok y el partido centro izquierda liberal To Potami habían indicado que votarían contra el nuevo proyecto de ley y denunciaron la persistencia del rigor.

Los dos primeros, en el poder entre 2010 y 2014, habían votado a favor de medidas de rigor similares adoptadas entonces por el Parlamento después de los dos primeros préstamos concedidos al país, por un total de 240.000 millones de euros.

Y en agosto, estos tres partidos de oposición también aprobaron el principio del tercer plan de rescate financiero del país.

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