Durante esta crisis

Los pastores abren su 'teléfono de la esperanza' para escuchar a los mayores

Los pastores abren su 'teléfono de la esperanza' para escuchar a los mayores
Los pastores abren su 'teléfono de la esperanza' para escuchar a los mayores
EP

Rosa González es una de las ganaderas de Santa Colomba de Sanabria (Zamora) que ha querido aportar su granito de arena para luchar contra el coronavirus, que en España ha dejado ya más de 26.000 muertos. Horas en el día le quedan pocas con las 1.000 ovejas de las que cuida junto a su marido, pero no dudó en formar parte del equipo de pastores que desde este fin de semana han estado dispuestos a recibir llamadas de personas mayores que estén pasando esta pandemia en solitario para  "escucharlos" y que tengan alguien con quien "desahogarse". No es la única que participa en esta iniciativa que persigue compartir el sosiego del campo a través del teléfono con todas esas personas mayores que por esta pandemia necesiten hablar. 

Sigue su mismo ejemplo Antonio Holguin. Este hombre de 51 años es ganadero en la localidad extremeña de Castuera. Se suele levantar sobre las cinco y  media de la mañana y pueden pasar cinco horas sin encontrarse con nadie. Apasionado de su trabajo, desde pequeño, tampoco se lo pensó dos veces cuando le propusieron la iniciativa. Es el presidente de la cooperativa ganadera de Castuera y si no está vigilando a las 4.000 ovejas que tiene a su cargo junto a dos personas más, se encarga de gestionar los mails que le llegan a la asociación. Desde que llega a su finca muchas veces tiene por delante jornadas de hasta las nueve de la noche que vuelve a casa. Son muchas horas en soledad que lleva "perfectamente".

Ovejas de ganadería de Castuera
Ovejas de ganadería de Castuera / Cedida

Está convencido de que muchas de las personas que están en sus casas o residencias solos pueden ser unos apasionados del campo "como yo", por lo que está dispuesto incluso de mandarles vídeos tanto de sus labores de trabajo como del paisaje. "Ahora estamos esquilando", puntualiza. Contento de que este año la primavera esté dando de comer al ganado "sin necesidad de tener que poner pienso y rascarse el bolsillo", asegura que es una foto de la que incluso muchos de sus vecinos no pueden disfrutar por culpa del coronavirus "y eso es una pena". Con esta iniciativa los que procedan de un pueblo podrán rememorar su origen rural, mientras que para los urbanitas supone una oportunidad de descubrir una realidad a menudo desconocida, como es la de aquellos que caminan guiando a su rebaño.

Otro de los que dijo sí rápidamente a esta iniciativa de Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y Caprino (INTEROVIC) es Jesús Rosales, de Alfamen en Zaragoza. Junto a su mujer regenta unas 900 ovejas. A sus 58 años llegó a la ganadería hace 22 años. Antes era albañil y cuando llegó la crisis de 1992 siguió los pasos de su padre en este sector y ahora es miembro de la cooperativa Aragón Pastores. Desde ahí le propusieron ser uno de los receptores de estas llamadas y respondió que sí sin dudas orque "siempre que puedas mejorar la vida de alguien, adelante". En su caso no tiene el ganado en un terreno vallado y al día puede hacer unos 20 kilómetros acompañado de sus ovejas, su perro y su radio, "que es la mejor compañera".

Asegura que "ahora tenemos el móvil, pero no siempre hay buena cobertura", asegura. Por eso cuando alguien marque el 91 002 74 79 (coste habitual de una llamada a teléfono fijo) será una centralita la que vaya tomando nota y gestionando a quién desviarla, porque no todos están las 24 horas del día. El servicio está más orientado a las personas mayores que necesiten hablar. Rosales también madruga, "sobre todo ahora que empieza a llegar el calor". A media mañana guarda sus ovejas y sobre las 18:30 las vuelve a sacar. En invierno puede pasar ocho horas sin hablar "con nadie".

Lo primero que hará cuando reciba su primera llamada será escuchar "porque escuchando se aprende mucho" y después intentar transmitir la tranquilidad que con los años van aprendiendo a tener un gremio que pasa largas temporadas solo, haciendo de ello su forma de vida. Su sueño sería que todo con el que pueda hablar acabe entendiendo que hay que acabar con el desarraigo que existe "entre lo rural y la ciudad" y que no se vuelva a ver que alguno niños pequeños se creen que los huevos "nacen en la nevera". Con ello se daría por "satisfecho" porque es un amante del campo, de su ganado y de su profesión que "en esta crisis que estamos viviendo si hubiéramos tenido que depender de la alimentación exterior lo hubiéramos pasado mucho peor. En España tenemos un sector primario muy fuerte", presume. 

Leopoldo es otro ganadero. Reside en la localidad extremeña de Quintana de la Serena y va a ser de los primeros que atienda la llamada. Allí vive con su mujer e hija, pero sus 5.500 ovejas están en una finca en Puebla de la Reina. Tiene 41 años y se licenció como maestro, pero al acabar la carrera cogió el testigo que dejaba su padre dedicándose a la ganadería. Ahora "hay días enteros que no hablo con nadie" hasta que llega a casa. "Es una forma de ayudar en esta crisis y no nos cuesta nada", coincide con sus compañeros. Asegura que además de gustarle escuchar "también me gusta hablar", por lo que esas llamadas se pueden convertir en eternas. Tiene clara su misión: "ayudar y apoyar a la gente que está un poco más sola animándolas de alguna manera". 

Estos son algunos de los pastores que están dispuestos a escuchar entre otros muchos. El pasado 29 de marzo este medio se puso en contacto con el 'Teléfono de la esperanza' que desde hace tanto tiempo está ayudando a las personas que necesitan ser escuchadas en este país, mucho antes de la pandemia, y nos aseguraron que notaban más pánico que nunca. Esta nueva iniciativa quiere ser solo un apoyo para hablar ya que en el caso de que algún usuario necesitase algún tipo de asistencia profesional, serán los pastores los que faciliten el contacto oficial Consejo General de la Psicología de España.

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