Pena de muerte para un hombre que secuestró 6 "esclavas sexuales" y mató a 2

  • Un hombre del centro de China fue hoy condenado a muerte por los tribunales de su país tras haber tenido secuestradas en un sótano durante meses a seis mujeres para abusar sexualmente de ellas y asesinar a dos, un caso que conmocionó el pasado año al país asiático.

Pekín, 30 nov.- Un hombre del centro de China fue hoy condenado a muerte por los tribunales de su país tras haber tenido secuestradas en un sótano durante meses a seis mujeres para abusar sexualmente de ellas y asesinar a dos, un caso que conmocionó el pasado año al país asiático.

El Tribunal Intermedio de Luoyang, en la provincia central de China, declaró hoy culpable a Li Hao, de 35 años, por violación, asesinato, prostitución organizada, detención legal y difusión de pornografía.

La sentencia además condenó a tres años de prisión a una de las cautivas y a libertad bajo fianza a otras dos por considerar que ayudaron a Li a cometer los asesinatos, aunque los jueces consideraron el atenuante de que podrían haber actuado bajo las amenazas de su captor.

Li, funcionario del gobierno local, mantenía cautivas a las mujeres en dos habitaciones de dos metros cuadrados excavadas por el mismo bajo un sótano cercano a su casa, donde las violó repetidas veces y las obligó a participar en vídeos pornográficos que se difundieron por internet, hasta su detención en septiembre de 2011.

Las mujeres fueron secuestradas por Li en locales nocturnos y karaokes: la primera en ser encerrada pasó 21 meses de cautiverio, y la última dos.

Para atemorizarlas, el acusado asesinó a dos de las mujeres, que se habrían enfrentado a él, y enterró sus cuerpos en una fosa a poca profundidad en el mismo sótano.

Al resto de las secuestradas les daba comida sólo una vez cada dos días, para debilitarlas físicamente, y no les permitía salir del sótano salvo para prostituirse, a cambio de un dinero que debían entregar al hoy condenado a muerte.

Durante una de estas salidas, una de las víctimas, de 24 años, logró escapar y acudir a la policía.

Li tiene un hijo de un año con su esposa, que no conocía las macabras prácticas de éste antes de su detención y tuvo que recibir ayuda psicológica tras enterarse.

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