Perros adiestrados para detectar chinches, una plaga que resurge en España

Pamplona, 29 feb.- El incremento del tráfico de viajeros y mercancías, unido al calentamiento global y las restricciones en el uso y tipo de biocidas, han hecho resurgir las plagas de chinches en el mundo desarrollado y ha obligado a buscar soluciones como la detección de estos insectos a través de perros adiestrados.

Con el objeto de dar a conocer los métodos de detección y control de estas plagas, la empresa Rentokil, en colaboración con el Instituto de Salud Pública de Navarra, ha celebrado hoy una jornada informativa en Pamplona dirigida a inspectores y técnicos de salud pública, personal de la administración, responsables de hoteles y asociaciones interesadas.

La jornada ha contado con una primera parte teórica en la que los asistentes han podido conocer el desarrollo, reproducción y eliminación de estas plagas con los tratamientos que Rentokil pone en marcha.

A continuación ha tenido lugar una parte práctica, en la que los asistentes han podido presencia la astucia de Charly, un perro detector de chinches, con el que se ha realizado una simulación de detección de plagas.

En declaraciones a los periodistas, el director técnico de Calidad-Medio Ambiente y prevención de Rentokil Inicial España, Luis Calderón, ha explicado que este perro se utiliza en una primera fase, en la de la detección.

"La dinámica es la misma que se utiliza en la detección de drogas o sistemas parecidos, al perro se le adiestra para que reconozca el olor específico de las chinches y los resultados son buenos, prácticamente una efectividad del 100 por cien", ha apuntado.

Al respecto ha añadido que, mientras que el perro pueda acceder, esta técnica se puede utilizar en "cualquier sitio donde pueda haber problemas de chinches, en hoteles, centros hospitalarios, guarderías, cines, medios de transporte...".

Una vez detectada la presencia de los chinches, Rentokil ofrece un tratamiento de calor que, según la empresa, garantiza "la eliminación segura" de estos insectos y que consiste en "introducir un sistema técnico que incremente la temperatura hasta 56 grados durante dos horas", ha explicado Calderón.

La presencia de estos insectos en los espacios abiertos no es frecuente, según Calderón, quien ha señalado que en los hoteles, en las casas particulares, su incidencia está siendo "cada vez mayor, sin ser una cosa súper frecuente se ve un repunte muy importante".

Ha comentado que en una reunión que mantuvieron la semana pasada constataron que en España y Portugal "había habido un repunte del 70 % de tratamientos vinculados con chinches de las camas".

Los chinches de cama son unos insectos pequeños de medio centímetro en el estado adulto, aplanados, que se ubican en las camas, en el colchón, en el somier y los cabeceros, donde esperan a que alguien esté durmiendo para por la noche actuar y alimentarse.

Sobre su incidencia en la salud, ha manifestado que "no está demostrado que trasmitan ninguna enfermedad, hay estudios que hablan de vinculación con la hepatitis, pero nada confirmado, son más las molestias de las picaduras y quizás el estrés sicológico que puede tener quien recibe las picaduras y lo vincula a un problema de insectos en su entorno y entonces no descansa igual".