Pesar por muerte de monseñor Sainz quien evitó guerra entre Chile y Argentina

Santiago de Chile, 2 nov.- La Conferencia Episcopal de Chile envió hoy una carta de condolencias a Ciudad del Vaticano tras la muerte de monseñor Faustino Sainz Muñoz, quien fuera uno de los artífices de la mediación papal que en 1978 evitó la guerra entre Chile y Argentina por disputas limítrofes.

En una misiva enviada al secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Tarcisio Betone, el arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Ricardo Ezzati Andrello, señaló que para la Iglesia en Chile "es un deber de gratitud al Señor y a la Santa Sede evocar el servicio sacerdotal y episcopal de Monseñor Sainz Muñoz".

Asimismo, destacó su generoso trabajo en favor de la paz entre Chile y Argentina "siendo parte de la misión del memorable cardenal Antonio Samoré, legado del Santo Padre Juan Pablo II, para procurar el diálogo y evitar la guerra fratricida".

En 1881, ambos países suscribieron un Tratado de Límites que desembocó en profundas disputas, que en 1978 les llevó casi al borde de la guerra por tres islas (Picton, Nueva y Lennox) en el canal de Beagle.

El conflicto fue solucionado tras la mediación de Juan Pablo II y en 1984 se suscribió un nuevo Tratado de Paz y Amistad que dirimió las controversias sobre el extremo austral.

En la misiva, Ezzati recordó que en noviembre de 2009, la Conferencia Episcopal de Chile "tuvo la alegría de recibirlo en la Asamblea Plenaria", ocasión en que se le rindió un homenaje y expresión de gratitud, con motivo de un nuevo aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Argentina.

También monseñor Ezzati, en nombre del episcopado chileno, agradeció a la Iglesia en España, su tierra natal, como su vocación de entrega a la Santa Sede "por su fecunda misión pastoral como Nuncio Apostólico; y su evidente fidelidad a los sumos pontífices".

Faustino Sainz Muñoz, quien falleció en Madrid a los 75 años de edad tras padecer un cáncer en los últimos dos años, fue enterrado hoy en la cripta de la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de Madrid.