Piden a la ONU actuar para frenar violencia en Burundí

  • El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas comenzó a examinar este lunes una propuesta francesa para actuar frente al incremento de la violencia en Burundí, ante el temor que pueda desembocar en masacres de gran escala e incluso en un genocidio.

El embajador adjunto de Francia ante el Consejo, Alexis Lamek, dijo que es tiempo "de actuar" para poner fin a la crisis desatada por las protestas ante la aspiración del presidente Pierre Nkurunziza a un tercer periodo presidencial.

"Estamos extremadamente preocupados por lo que vemos en Burundí en este momento: el incremento de la violencia política y los discursos de odio en una región donde eso es particularmente inquietante", señaló el embajador a los periodistas.

Este lunes, dos personas fueron asesinadas y un policía resultó herido en un enfrentamiento a disparos en un barrio de Buyumbura, la capital con una población total de 850.000 habitantes.

Esas muertes se suman a las de otras siete personas -entre ellas un funcionario local de la ONU- en un ataque a un bar realizado el fin de semana por hombres que lucían uniformes policiales.

El secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, condenó los asesinatos del sábado y pidió una investigación completa.

En total el país ha registrado más de 240 muertes y el exilio de unas 200.000 personas en los últimos seis meses, desde que se desataron las protestas por la decisión de Nkurunziza de aspirar a un tercer mandato.

Nkurunziza, reelecto el 21 de julio en unos comicios polémicos, lanzó la semana pasada un ultimátum a los opositores para que entreguen las armas, el cual finalizó el sábado, y advirtió que la policía recibió la orden de usar "todos los medios" para hacer cumplir esa orden.

La oposición, la sociedad civil e incluso una parte de sus antiguos partidarios consideran que un tercer mandato de Nkurunziza es contrario a la constitución y al acuerdo de Arusha que puso fin a la guerra civil (1993-2006).

Burundi, cuya historia ha estado marcada por matanzas entre hutus y tutsis, conoció hace unos años una larga guerra civil que entre 1993 y 2006 enfrentó una rebelión hutu a las Fuerzas Armadas controladas por la minoría tutsi.

El domingo, las autoridades lanzaron una gran operación de búsqueda de armas en un barrio opositor, Mutajura, al norte de Buyumbura.

Este lunes las fuerzas de seguridad ampliaron las operaciones a los barrios vecinos de Cibitoke y Ngagara.

En Musaga, sur de la capital, cuna de las manifestaciones contra la reelección del presidente, una granada fue lanzada al paso de una patrulla, provocando heridas a uno de los uniformados, según el reporte oficial.

"Dos personas, entre ellas un estudiante que salía de su casa, murieron por culpa de esos policías que disparaban para cualquier lado", dijo un testigo del tiroteo.

El sábado, la presidencia intentó tranquilizar a la comunidad internacional y a los habitantes de los barrios en la mira de las fuerzas de seguridad. "No habrá ni guerra ni genocidio" en Burundi, afirmó ese día Willy Nyamitwe, uno de los más influyentes consejeros de Nkurunziza.

"Es increíble ver como un gobierno que quiere acabar con el terrorismo recibe críticas en lugar de ser alentado", dijo Nyamitwe.

El asesor presidencial dijo que el gobierno "no permitirá que este país vuelva a caer en sus viejos demonios", refiriéndose a un informe del International Crisis Group (ICG) publicado el viernes que advertía del riesgo de una guerra civil.

Burundí corre nuevamente el riesgo "de posibles atrocidades a gran escala y de una posible guerra civil", dijo el informe del ICG, que denunció que algunos miembros del gobierno usan una retórica similar a la utilizada en la vecina Ruanda en 1994 cuando unas 800.000 personas, en su mayoría de la minoría tutsi a manos de un gobierno predominantemente hutu.

El presidente de Ruanda, Paul Kagame, ha acusado al gobierno de Burundí de "masacrar a su pueblo" y dijo que la situación recordaba el genocidio de 1994.

bur-cml/oh/hov/yow

Mostrar comentarios