Decenas de personas se colocan frente al portal de una casa con un único objetivo: paralizar un desahucio. Sus únicas armas son sus gritos indignados y unas pancartas con las que pretenden despertar la conciencia de la comisión judicial encargada de ejecutarlo.
La primera vez que asistimos a esta imagen fue el 4 de noviembre 2010. Una cuarentena de personas se convertía en los ángeles salvadores de Luis Martí, un parado de 52 años, divorciado y padre de un niño de nueve, que no podía pagar una hipoteca de 100.000 euros que había contraído con Caja Tarragona.
A las diez de la mañana una comisión judicial (formada por dos funcionarios y un representante del banco a quienes acompañaban dos dotaciones de los Mossos d' Esquadra) se presentaba en la vivienda de Luis, en La Bisbal de Penedés (Tarragona). La presión popular con la que se encontraron provocó que se negaran a llevar a cabo la ejecución. Se producía así la primera victoria de una larga lista de los "guerrilleros antidesahucios".
En aquel momento, Ada Colau, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), se mostraba satisfecha con el resultado y animaba a todos a seguir por ese camino. "Si la gente se une se pueden detener injusticias como esta" reflexionaba Colau.
Y así fue. El trabajo de la Plataforma comenzó a extenderse por toda España. A Madrid llegaba en 2011 impulsada además por el movimiento 15M. El 15 de junio de ese año realizaban su primera acción: la paralización de un desahucio que pasaría a ser simbólico, el de la calle Naranjo en el barrio Tetúan.
La visualización que la Plataforma ofrecía al drama de los desahucios comenzó a dar sus frutos. En marzo de 2012 el consejo de ministros aprobaba un código de conducta para las entidades financieras en relación a los desahucios a personas en "riesgo de exclusión social". Era un paso, pero ese código que fue calificado de "muy deficiente" por diversos colectivos sociales.
El recrudecimiento de la crisis y la escalada en el ritmo de desahucios provocó que en abril la Plataforma de Afectados por la Hipoteca junto con CCOO, UGT, la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Cataluña, el Observatorio DESC, y la Mesa del Tercer Sector Social de Cataluña se unieran para impulsar una Iniciativa Legislativa Popular con el fin de reformar la ley hipotecaria, regular la dación en pago, paralizar los desahucios y fijar los alquileres sociales.
En menos de un año la iniciativa ha sido apoyada por ciudadanos de toda España acumulando 1.402.854 de firmas, una cifra que casi triplica las 500.000 rúbricas necesarias para tramitar una ILP. Según apuntaban los impulsores de ésta, el apoyo masivo evidenciaba "un clamor ciudadano para cambiar la legislación hipotecaria y poner fin al drama de miles de familias que se ven en la calle, sin vivienda y con una deuda de por vida".
El pasado martes la ILP fue admitida a trámite en el Congreso tras un cambio de postura inesperada del Partido Popular. Centenares de personas se congregaron en torno a la cámara para expresar su apoyo y recordaban con lágrimas como ese mismo día una pareja de ancianos se había suicidado en su casa de Palma antes de ser desahuciados.
En el momento de la aprobación las celebraciones en el palco hicieron que el presidente de la cámara ordenara el desalojo de la zona de visitantes. Incluso un miembro de la PAH fue detenido acusado de insultos cuando se expulsaba a los visitantes.
En aquel momento Colau se felicitaba por el cambio de postura del PP pero advertía de que ello no podía suponer una excusa "para dar un carpetazo rápido al proyecto". Así, la portavoz exigía que el texto que salga de las Cortes recoja íntegras las tres reivindicaciones del documento: la dación en pago con efectos retroactivos, el cese de los desahucios, y la creación de alquileres sociales, todo ello sin distinciones en función de los ingresos de los afectados.
Con el objetivo de seguir luchando por ello, la PAH ha convocado hoy manifestaciones en toda España. Ayer el hastag en Twitter #YoVoy16F que mostraba su apoyo a la manifestación de este sábado se convirtió en tema del momento y el Índice de opinión pública que elabora Simple Lógica daba a conocer que un 80% de los españoles se posicionaba a favor de la modificación de la legislación vigente.
El jueves Colau animaba a los ciudadanos a salir a la calle: "Es un momento clave, donde nos jugamos convertir las pequeñas victorias que hemos conseguido en una gran victoria", afirmaba, quién sabe si por su cabeza pasaba en aquel momento aquélla primera paralización en un barrio de Tarragona…
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