La pobreza quita más años de vida que el alcohol, la obesidad y la hipertensión

  • El bajo nivel socioeconómico reduce la esperanza de vida en más de 2 años (2,1) en adultos entre 40 y 85 años; el alto consumo de alcohol la reduce en medio año; la obesidad la acorta 0,7 años; y la hipertensión en 1,6 años.

    La diabetes reduce la esperanza de vida en 3,9 años; el sedentarismo, 2,4 años; y el tabaco reduce la media de vida 4,8 años, según un estudio publicado en la revista Lancet entre 1,7 millones de personas.

La pobreza quita más años de vida que el alcohol, la obesidad y la hipertensión
La pobreza quita más años de vida que el alcohol, la obesidad y la hipertensión
M.T.

El Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades no transmisibles de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se dirige a siete factores de riesgo principales, que incluyen el uso nocivo del alcohol, la actividad física insuficiente, el consumo actual de tabaco, la ingesta de sal o sodio, la diabetes y la obesidad con el objetivo general de reducir la mortalidad prematura de enfermedades no transmisibles en un 25% para 2025.

Paradójicamente no se encuentra este factor entre los grandes elementos a tener en cuenta en el futuro de la mortalidad prematura en el mundo y debería ser analizada. Y eso alarma porque la pobreza acorta la vida casi tanto como el sedentarismo y mucho más que la obesidad, la hipertensión y el consumo excesivo de alcohol.Diabetes, alcohol, tabaco, hipertensión, sedentarismo, pobreza ¿Cuánta vida nos quita? 

El resultado de un estudio publicado en la revista Lancet coincide con otros estudios previos. La pobreza afecta a la salud de forma tan sólida y consistente como el tabaco, el alcohol, el sedentarismo, la hipertensión, la obesidad y la diabetes. De hecho, el bajo nivel socioeconómico reduce la esperanza de vida en más de 2 años (2,1) en adultos entre 40 y 85 años; el alto consumo de alcohol la reduce en medio año; la obesidad la acorta 0,7 años; la diabetes reduce la esperanza de vida en 3,9 años; la hipertensión en 1,6 años; el sedentarismo, 2,4 años; y el tabaco reduce la media de vida 4,8 años. Es decir, la pobreza acorta la vida más que la obesidad, la hipertensión y el alcohol.

Las circunstancias socioeconómicas y sus consecuencias puede ser modificadas por las políticas a nivel local, nacional e internacional al igual que los factores de riesgo que están en las estrategias de salud globales existentes. El estudio demuestra además que a partir de los 40 años se suelen vivir 45 más, una media de 85.Mueren más lo más pobres

En los hombres, 43.765 (15,2% del total) con baja posición social y económica murieron, mientras los que ocupaban una mayor escala social fueron 17. 160 (11,5%). En las mujeres, 11.835 (9,4% del total) con baja posición social murieron y 8.292 (6,8%) con más nivel de renta. Los datos confirman que los participantes con bajo nivel económico tuvieron un mayor riesgo de mortalidad que aquellos con alta posición ocupacional, tanto en hombres como en mujeres.La educación y el trabajo, claves para vivir más

Lo que constata la realidad es que la carga de la mayoría de los factores de riesgo se concentra en los grupos socioeconómicos bajos y eso afecta así en todo el mundo. Por lo tanto, tenerlo en cuenta beneficiaría a la hora de reducir la mortalidad prematura. Abordar varios componentes de la situación socioeconómica (es decir, baja posición ocupacional, pobreza de ingresos, baja educación) podría ser importante para mejorar la salud de la población, señala el estudio.

El aumento de los niveles educativos podría contribuir a aumentar la esperanza de vida a través de múltiples vías, señala el informe de Lancet, incluyendo una mejor posición ocupacional a unos ingresos más altos, menor consumo de tabaco, menor riesgo ocupacional, más actividad física o una dieta más sana.

La educación de calidad, la promulgación de las leyes de escolarización obligatoria y la creación de un hogar, una escuela y un ambiente de trabajo seguros alargan la vida.

Para examinar esta hipótesis, se recopilaron datos a nivel individual de 48 estudios independientes procedentes de Europa, Estados Unidos y Australia. Con los datos en la mano se constata que el bajo nivel socioeconómico es uno de los causantes más fuertes de mortalidad prematura en todo el mundo. En los estudios se analizaron datos de más de 1,7 millones de individuos.

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