Ya ha cumplido condena

El TS se opone a que un policía recupere su placa tras colaborar con una mafia

Policía Nacional
Policía Nacional
L.I.

El exagente de la Policía Nacional condenado por su vinculación con una banda criminal no podrá recuperar su placa, a pesar de haber cumplido condena. Así lo ha determinado la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo que ha desestimado el recurso de un exmiembro del Cuerpo que solicitó al Alto Tribunal recuperar la placa al presentar un recurso que interpuso contra la denegación por el Consejo de Ministros en 2017 de su rehabilitación como funcionario público.

Según explica la sentencia desestimatoria del Supremo, los hechos probados ocurrieron en 2002 cuando el agente "participó favoreciendo las actividades ilícitas de un grupo organizado que se dedicaba a planear y ejecutar sustracciones en viviendas o establecimientos". La banda también adquiría bienes de origen ilícito, poseía y distribuía todo tipo de sustancias estupefacientes y "usaba uniformes, elementos acústicos y distintivos de la Guardia Civil, haciéndose pasar por miembros de la misma".

Tal y como señala el escrito, en mayo de ese 2002 "asesoró a integrantes del grupo" criminal, quienes tras manipular la puerta de acceso a un domicilio y apoderarse de dinero y diversos efectos, perdieron en la huida una bolsa con documentación personal y del vehículo usado propiedad de uno de los autores. El agente fue condenado en 2005 como autor de un delito de falsedad en documento público en concurso ideal mas otro de detención ilegal. La condena fue de 11 años de inhabilitación absoluta, además de la pena privativa de libertad de 7 años y 9 meses.

Hasta 3.000 pastillas de éxtasis y una pistola

En esa misma línea de actuaciones, el agente también participó en una trampa a un tercero, al que le mandaron a un determinado lugar con una bolsa en la que previamente habían depositado 3.000 pastillas de éxtasis y una pistola. El entonces inspector de Policía se encargó de su detención y de dar "credibilidad y legitimidad" a la misma manifestando en el atestado "que había escuchado casualmente la conversación entre el detenido y otro individuo" en la que decían "éstas son para pasarlas esta tarde".

Tras cumplir la condena, el recurrente alegó, con el objetivo de ser rehabilitado, que debía poder rehacer su vida "que resultó truncada por la sentencia penal" porque de esa manera demostraría a su entorno y a la sociedad "que la condena ha servido para algo". Añadía que no contaba con antecedentes ni penales ni policiales dado que no ha vuelto a delinquir en los 15 años transcurridos. Sumaba a esto que su trayectoria como policía había sido ejemplar, "habiendo sido distinguido con anterioridad con la Cruz al Mérito Policial con Distintivo Blanco".

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