Hace ya casi tres semanas que se decretó el estado de alarma por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, hay quien todavía se sigue saltando el confinamiento decretado por ley. Uno de los últimos casos ha sucedido en Vigo. En la provincia gallega, un policía local se ha visto obligado a pasar la noche en su vehículo por miedo a volver a casa y contagiar a su familia. ¿El motivo? Había intervenido una fiesta en la que varios asistentes tenía el virus covid-19.
El policía asistió junto a su compañero de patrulla a un piso para interrumpir una fiesta de madrugada. En la vivienda residían tres mujeres aisladas en cuarentena tras haber dado positivo en unas pruebas que les habían realizado en los días anteriores.
Según cuenta La Voz de Galicia, los agentes acudieron tras una llamada vecinal que protestaba por los ruidos que generaba la fiesta. Allí identificaron y tomaron los datos de las asistentes sin saber que tenían coronavirus. Fue después cuando ellas mismas les explicaron que estaban aisladas por orden de los médicos. Los policías iban protegidos con unas mascarillas de tela.
Por temor a contagiar a sus familias, ambos agentes han decidido distanciarse de ellos. Uno de ellos durmió en su vehículo y su acompañante, se trasladó al sofá sin tener contacto con su mujer y sus hijos.
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