Apenas 8 camas en toda la provincia

En la línea de fuego contra el virus en la UCI de Teruel: "Agota por acumulación"

En el hospital Obispo Polanco, sólo ha quedado un quirófano para cirugía programada, dedicada mayoritariamente a cirugía tumoral, y otro quirófano para urgencias y para los casos esenciales.

Un médico de Urgencias del Hospital Pío del Rio Hortega de Valladolid
En 'la primera línea' contra el virus en Teruel:"El problema son los 12 meses".
EFE

Jesús Martínez es médico en ‘la primera línea’. Trabaja en urgencias en el Hospital Obispo Polanco de Teruel. También es el delegado de Aragón de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). Y afirma que no está agotado, porque con suma sencillez explica que ser médico implica bailar con la muerte: "Los picos de la Covid-19 han hecho mucho daño a la población, yo no puedo decir que sufro cuando veo a gente que muere sola, los que sufren son los familiares. Esta es mi profesión", puntualiza con voz calmada. La apariencia estoica no quita que sea consciente de la saturación por la que pasa su hospital, al igual que el otro hospital de la capital de provincia, el Hospital Público de San José, con numerosos ingresos por el coronavirus.

Entre los dos hospitales, según los datos del portal de transparencia del Gobierno de Aragón del viernes, hay 71 personas ingresadas con Covid, 5 de ellas en UCI. A estos dos se le suman los ingresos del centro hospitalario de Alcañiz, la segunda ciudad más poblada de la provincia con 15.939 habitantes, que son 39 más. En total, Teruel contaba el viernes con 110 personas ingresadas por Covid, una cifra que supone un 0,01% de una población total de 133.298 habitantes. Un cifra nimia, a primera vista, si no se tiene en cuenta el ratio poblacional y que la mayoría de recursos hospitalarios de la provincia se están destinando al virus

Como explica Jesús, "la pandemia ha sacado a la luz las vergüenzas del sistema sanitario nacional. Pero en los hospitales pequeños, estas vergüenzas se prestan más". Con estas "vergüenzas" han tenido que lidiar los sanitarios de Teruel, acostumbrados a epidemias como la gripe, donde también se destinan cada año muchos esfuerzos, pero no de manera tan prolongada. "Ese es uno de los problemas", explica el médico de urgencias, "son 12 meses tratando el mismo tipo de paciente con ingresos muy largos". Por no hablar con contar con 8 camas de UCIs para toda la provincia, o la anulación de casi todas las cirugías programadas por la saturación en el Obispo Polanco.

Sólo ha quedado un quirófano para cirugía programada, dedicado mayoritariamente a cirugía tumoral, y otro quirófano para urgencias para casos esenciales, por ejemplo de apendicitis o fracturas. "Si tuviéramos una actividad normal, este hospital no podría asimilar la Covid", explica Jesús. Por eso, las consecuencias del virus en la provincia implican una falta de servicios esenciales, más acentuada en regiones de la 'España vacía', como es que un paciente tenga que esperar medio año o incluso 8 meses para una nueva prótesis de cadera.

"Nos amoldamos a una sola patología. Es imprescindible hacerlo así", detalla el médico. Al estar trabajando en 'la primera parada' a la que llega el paciente, Jesús evalúa, estabiliza y deriva a planta o a UCI. Cuenta que son las especialidades más complicadas para tratar el virus, por la larga estancia de los ingresos. Y que más de una vez han necesitado ayuda. Para ello, han sido apoyados por personal de otras provincias: "En la UCI ha venido un médico de atención primaria que tenía titulo de intensivista, y había trabajado en UCI durante 10 años. La gente ha hecho lo que tenía que hacer", concluye. 

Aunque insiste: "Nos hemos amoldado. Como han hecho el resto de hospitales de España". Cuentan con el apoyo de los recursos de la Comunidad de Aragón y, desde el inicio de la pandemia, se siguen unos criterios para externalizar y atender a los pacientes con la misma profesionalidad.  La situación actual no es la más crítica en el Obispo Polanco, aunque el día a día sigue siendo agotador y duro para el personal sanitario. Últimamente los pacientes de Covid, según explica el médico, ingresan directamente a planta. "No es nada comparado a abril", puntualiza Jesús. Pero también recuerda los peores momentos. 

El virus se llevó a un amigo suyo médico del hospital. Se contagió, subió de urgencias a UCI, y "en un mes murió", detalla. Teruel sigue aguantando los "dientes de sierra"-como llama Jesús los picos de incidencia- contra viento y marea. Esperando, como todos los hospitales y la población, a que el virus sea, algún día, una efeméride. 

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