Prisión para un médico y un farmacéutico por vender anabolizantes

  • El juzgado de lo Penal número 6 de Valencia ha condenado a un médico a un año de prisión y a un farmacéutico a siete meses de cárcel por vender anabolizantes a deportistas no profesionales que querían mejorar su capacidad física y su musculación.

Valencia, 26 oct.- El juzgado de lo Penal número 6 de Valencia ha condenado a un médico a un año de prisión y a un farmacéutico a siete meses de cárcel por vender anabolizantes a deportistas no profesionales que querían mejorar su capacidad física y su musculación.

Según la sentencia, el médico, que actuaba como especialista en medicina interna y en medicina deportiva, visitó entre noviembre de 2009 y febrero de 2010 a más de 700 pacientes y prescribió más de 2.000 recetas de anabolizantes a los mismos.

El farmacéutico condenado llegó a dispensar en esas mismas fechas 2.867 recetas prescritas por el facultativo acusado de medicamentos como Deca Durabolin, Primobolan, Winstrol y Winstrol Depot, cuando en el mismo periodo el resto de oficinas de farmacia de Valencia habían dispensado entre una y doce unidades de este tipo de fármacos.

Además de la pena de prisión, el médico ha sido condenado a una multa de 1.800 euros y a una inhabilitación especial para ejercer su profesión durante tres años y el farmacéutico, a una multa de 1.260 euros y una inhabilitación profesional de dos años.

El fallo señala que los medicamentos anabolizantes fueron recetados y suministrados a los pacientes, que practicaban "ejercicio físico metódicamente", para mejorar su capacidad física y musculación, y que todos los fármacos fueron adquiridos en la farmacia del condenado.

Estos fármacos están incluidos en la lista anual de sustancias y métodos prohibidos en el deporte, ya que pueden causar importantes daños a la salud como náuseas, vómitos, depresión, problemas de erección, problemas cardiovasculares por deformación mórbida del corazón, alteraciones hepáticas y tiroideas.

Según el fallo, los hechos declarados probados son constitutivos de un delito contra la salud pública y recuerda que en 2009 el facultativo "ya fue condenado por hechos similares y, a pesar de ello, continuó dedicándose a la misma actividad".

En el caso del farmacéutico, el fallo señala que accedió a dispensar los medicamentos "lucrándose con su venta, cuando como profesional sanitario conocía o debía conocer que las sustancias anabolizantes que dispensaba superaban las dosis terapéuticamente autorizadas, con el consiguiente riesgo para la vida y salud de los consumidores".

El médico condenado insistió durante el juicio en que en todos los pacientes a los que receto anabolizantes existía una justificación terapéutica para hacerlo, ya que dijo que muchos de ellos presentaba una patología denominada trastorno corporal dismórfico.

"De nuevo nos encontramos con una absoluta falta de prueba sobre esta afirmación", asegura la sentencia, que indica que los pacientes manifestaron que eran personas sanas y a ninguno de ellos se le había diagnosticado ese tipo de trastorno.

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