Prisión para una terrorista de los GRAPO que secuestró a empresario en 1995

Madrid, 29 ago.- El juez de la Audiencia Nacional de España Javier Gómez Bermúdez envió hoy a prisión por un delito de depósito de armas y explosivos a la miembro del grupo terrorista GRAPO Manuela Ontanilla Galán, relacionada con el secuestro del empresario Publio Cordón en 1995.

El juez de ese organismo encargado de delitos de terrorismo adoptó esa decisión en un auto dictado hoy tras tomar declaración a Ontanilla, después de que sus huellas aparecieran en un escondite de munición de esa banda localizado en Francia.

El pasado 21 de julio, Gómez Bermúdez había decretado la libertad con fianza de 10.000 euros para Ontanilla y otro GRAPO, Vicente Sarasa Cecilio, por su relación con el secuestro del empresario zaragozano.

Publio Cordón Munilla fue secuestrado el 27 de junio de 1995 cuando practicaba deporte en Zaragoza (noreste del país).

Mes y medio después, su familia pagó en París un rescate de 400 millones de pesetas, pero el empresario no apareció.

Según el Ministerio del Interior español, Cordón falleció 15 o 16 días después de su secuestro por las heridas que sufrió al caer por una ventana de la casa donde estaba retenido.

Según la investigación, Sarasa y Ontanilla se habrían encargado de cobrar el rescate, probablemente cuando el empresario ya había fallecido.

Además de la fianza, en julio pasado el magistrado había prohibido a Ontanilla salir de España y le impuso comparecencias diarias.

Tras comparecer ayer, la Policía la detuvo y hoy la puso a disposición judicial con una nueva causa incoada al comprobarse que el perfil genético aparecido en una cinta adhesiva que sujetaba dos cajas de municiones en el citado escondrijo correspondían a las de la miembro de los GRAPO.

Según el auto, hay además "notable" riesgo de fuga de Ontanilla dada la solidez de los indicios, la amenaza de ser condenada a una "pena grave" y el fuerte arraigo que la detenida tiene en Francia.

Cuando el 21 de julio fijó la fianza a Ontanilla, el juez Gómez Bermúdez consideró que el hecho de que su compañero sentimental, el también miembro de los GRAPO Juan Ramón Teijelo, entrara en prisión por el secuestro de Cordón reducía el riesgo de fuga.

En sus 30 años de actividad terrorista, los GRAPO asesinaron a 88 personas y perpetraron secuestros de gran repercusión, además de numerosos atracos.