Prueban cómo una hormona preserva la fertilidad en mujeres con cáncer de mama

  • Un equipo de investigadores estadounidenses ha constatado cómo la administración de una hormona llamada goserelina en mujeres con un tipo de cáncer de mama, con receptores hormonales negativos, es un buen método para preservar su fertilidad, pese a la quimioterapia.

Noemí G. Gómez

Chicago (EEUU), 30 may.- Un equipo de investigadores estadounidenses ha constatado cómo la administración de una hormona llamada goserelina en mujeres con un tipo de cáncer de mama, con receptores hormonales negativos, es un buen método para preservar su fertilidad, pese a la quimioterapia.

Este es uno de los estudios dados a conocer hoy a la prensa en la reunión anual de ASCO (Sociedad Americana de Oncología Clínica), centrada esta jornada en cómo mejorar no solo la supervivencia de los pacientes, sino su calidad de vida durante la enfermedad.

El trabajo sobre fertilidad está liderado por Halle Moore, de la Clínica Cleveland (EEUU), quien explicó en rueda de prensa que las mujeres que recibieron goserelina junto con quimioterapia fueron un 64 % menos propensas a desarrollar insuficiencia ovárica prematura, en comparación con las que solo obtuvieron quimioterapia.

Además, según Moore, las primeras fueron más propensas a tener embarazos exitosos.

El estudio, en fase III (ensayo clínico en estado avanzado), fue realizado con 257 mujeres con un estado inicial de un tipo de cáncer de mama, con receptores hormonales negativos.

"Preservar la fertilidad es una preocupación común entre las mujeres jóvenes a las que se diagnostica cáncer y estos hallazgos ofrecen una opción simple y nueva para las mujeres con tumores de mama y la posibilidad de extenderlo a otros cánceres", según Moore.

Para esta investigadora, "la goserelina parece ser no sólo altamente segura, sino también eficaz, ya que aumenta las probabilidades de quedarse embarazada y tener un bebé sano después de la quimioterapia".

La goserelina, que se administró a las pacientes vía inyección, actúa sobre las funciones ováricas, esencialmente coloca a las pacientes en un estado de postmenopausia, lo que parece, según este estudio, que protege a los folículos del ovario del daño de la quimioterapia.

El trabajo revela que dos años después del comienzo de la quimioterapia, el 8 % de las mujeres a las que se administró la citada hormona tuvieron fallos ováricos, frente al 22 % en el grupo solo de quimioterapia.

El 21 % de las mujeres (22 pacientes) que recibieron quimioterapia y goserelina se quedaron embarazadas, frente al 11 % (12 pacientes) de las que solo fueron tratadas con quimioterapia.

Los embarazos llegaron al final en 16 casos (en el grupo al que se administró goserelina) y en 8 casos en las mujeres que solo recibieron quimioterapia.

El trabajo también demuestra el grado de supervivencia de las pacientes que recibieron goserelina y quimioterapia.

Éstas tuvieron un 50 % más de probabilidades de mantenerse vivas cuatro años después empezar el tratamiento respecto al grupo de quimioterapia.

La doctora Moore dijo que, si bien estos datos son sorpresivos, aún son necesarios más estudios para entender el comportamiento de la goserelina en el cáncer de mama.

Este es uno de los estudios que demuestran que es posible mejorar la calidad de vida de los pacientes de cáncer, según Patricia Ganz, experta de ASCO y de la Universidad de California, en Los Ángeles: "Este es un estudio que estábamos esperando".

Hoy también se ha hablado de los cuidadores. En concreto, de un trabajo de la Escuela de Enfermería de Birmingham (Universidad de Alabama) con 122 cuidadores, el cual asegura que un apoyo temprano vía telefónica alivia la carga de éstos y el riesgo a padecer depresión.

"Los cuidadores son parte esencial del equipo y su bienestar afecta al bienestar del paciente", confirmó Marie Bakitas.

ASCO reúne a más de 25.000 expertos de todo el mundo hasta el 3 de junio y en los próximos días se hablará de cáncer de mama, ovario, próstata, pulmón o melanoma.

Su presidente, Clifford A. Hudis, además de señalar que hay razones para la esperanza, indicó que es necesaria una inversión suficiente y continuada para la investigación en cáncer.

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