Puerto Príncipe, la viva imagen de la desolación

  • Puerto Príncipe.- La capital de Haití, el país más pobre de América, es desde hace 24 horas una herida abierta, donde los muertos y los vivos se mezclan entre ruinas y escombros.

El Palacio Presidencial es uno de los edificios derrumbados por el terremoto.
El Palacio Presidencial es uno de los edificios derrumbados por el terremoto.
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Puerto Príncipe.- La capital de Haití, el país más pobre de América, es desde hace 24 horas una herida abierta, donde los muertos y los vivos se mezclan entre ruinas y escombros.

El terremoto de 7 grados Richter, seguido de tres réplicas de 5,1 a 5,9 grados, que sacudió Haití este martes ha convertido las calles de Puerto Príncipe en un hervidero de miles de personas que lo invaden todo, algunas por miedo a regresar a sus casas y otras porque ya no tienen techo, y a la vez en un cementerio, según pudo constatar Efe.

Hay cadáveres tendidos en el suelo por todas partes en la ciudad, otros que son trasladados por grupos de personas y se sabe que también los hay debajo de los numerosos edificios derrumbados o dañados por los sismos.

No hay cifras oficiales de víctimas, pero ya se habla de "miles" o incluso "cientos de miles", como dijo el primer ministro, Jean Max Bellerive, al canal internacional de televisión CNN.

Puerto Príncipe, una ciudad que no sabe de planificación ni de urbanismo y donde se calcula que viven dos millones de personas, se ha llevado la peor parte de esta nueva tragedia que enluta al pueblo haitiano.

El epicentro del peor de los sismos que ha vivido Haití se situó a tan solo 15 kilómetros de la capital.

Cientos de edificios se han venido abajo, la mayoría en la parte alta de la ciudad, donde hoy las gentes se agrupan en espera de ayuda, mientras se dan consuelo unas a otras.

Pero, en todas las vías y plazas principales se ven aglomeraciones humanas. Algunos de esos grupos están dedicados a la ingente tarea de retirar escombros en busca de supervivientes o cadáveres.

Entre los edificios que no resistieron el embate del terremoto están la bella y rosada Catedral, en el distrito de Bel Air, y el blanco Palacio Nacional, sede de la Presidencia haitiana, en Champ de Mars.

El presidente Rene Preval y la primera dama, Elisabeth Debrosse Delatour, pudieron ponerse a salvo antes del derrumbe.

Preval dijo hoy al diario Miami Herald que ha recorrido varios barrios de Puerto Príncipe para evaluar los daños y lo que ha visto es "inimaginable".

Caminó entre cuerpos aplastados y escuchó los gritos de las personas atrapadas en los escombros del edificio del Parlamento.

"El Parlamento se ha hundido, el edificio de impuestos, las escuelas, los hospitales. Hay muchas escuelas derruidas con mucha gente dentro", afirmó el presidente haitiano.

Los pocos hospitales que han quedo en pie "están abarrotados con gente. Es una catástrofe", añadió.

Tanto Preval como el primer ministro han pedido ayuda urgente a la comunidad internacional, algo que también reclaman los ciudadanos de a pie en las calles.

"Hay muchos muertos por todas partes. Yo quisiera dirigirme a todo el mundo en el extranjero: en Haití todos somos damnificados y tenemos mucha necesidad de ayuda para la gente mas afectada", dijo a Efe Charles Le Bon, un joven que hoy recorría la plaza Champ de Mars, frente al derruido Palacio Presidencial.

Al igual que Charles, quien se considero un "verdadero superviviente" y agradeció "a Dios el hecho de estar vivo", otros ciudadanos expresaron sus desesperación con llamamientos y peticiones de ayuda, como Joel.

"Necesitamos mucha ayuda, con la máxima urgencia, porque todos somos siniestrados" clamó ese desesperado ciudadano, quien añadió que "Haití no tiene capacidad de soportar esta catástrofe".

El edificio de la ONU, que tiene desde 2004 una Misión de Estabilización en Haití (Minuszth), hoy integrada por casi 7.000 militares y 2.000 policías de 17 países, es uno de los que colapsó a causa del terremoto y entre sus ruinas puede haber entre 50 y 100 personas atrapadas, según fuentes del organismo.

Uno de los desaparecidos es el máximo responsable de la Minustah, el tunecino Hedi Annabi.

Según la emisora capitalina Radio Metropole, en ese paisaje de desolación y caos hay también quien busca sacar provecho, y ha habido pillaje en los establecimientos comerciales.

Las fuerzas de la Minustah, además de rescatar a las víctimas del terremoto, están tratando de garantizar el orden público, con patrullas día y noche por la ciudad y sus alrededores.

Según dijo el primer ministro haitiano a la CNN, pese a la horrible situación que vive el país, la población se está comportando con "calma" y "madurez".

"La gente está tratando de ayudarse unos a otros, tratando de organizarse", dijo Bellerive.

El primer ministro destacó la importancia de reconstruir el aeropuerto de la capital, una infraestructura imprescindible para comenzar a recibir cargamentos de ayuda humanitaria y personal especializado.

La comunidad internacional ha respondido con generosidad a las peticiones de ayuda de las autoridades haitianas y ya han empezado a llegar cargamentos y equipos de socorro, así como especialistas, pero la torre de control está dañada y solo hay un controlador aéreo operativo, indicaron fuentes de compañías aéreas dominicanas que vuelan a Puerto Príncipe.

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