El Grupo de Expertos del Arbolado del Parque del Buen Retiro constituido por el Ayuntamiento de Madrid en septiembre pasado para evaluar su estado recomienda cerrar el recinto ante determinadas circunstancias climatológicas y evitar su uso abusivo en ciertos eventos.
El grupo de expertos expuso este martes en rueda de prensa los resultados de su primer informe sobre los árboles de El Retiro, entre los que destaca esta recomendación de cerrar el parque. Apuntaron que se ha cerrado ya en muchas ocasiones, y que también lo han hecho otros jardines municipales, y que de lo que se trataría es de fijar los criterios a priori.
El informe no establece cuáles han de ser esos criterios, aunque uno de los miembros del grupo, el jefe de Jardines y Montes de Patrimonio Nacional, Ángel Muñoz, apuntó que los jardines que forman parte del mismo se cierran cuando hay vientos de 45-50 kilómetros por hora.
El grupo de expertos reconoció que no puede precisar una causa concreta por la que se hayan caído los 29 árboles que lo han hecho en El Retiro, porque cada uno ha tenido un motivo distinto. El informe recoge una serie de “hipótesis iniciales sobre la problemática de caídas de árboles y ramas”, como que el riesgo aumenta cuando tienen edad avanzada, portes grandes o medianos, inclinación, se asientan sobre césped, presentan exudaciones, pudriciones o heridas grandes, o tienen hongos, pero no concluye relaciones causa-efecto que expliquen los hechos sucedidos.
Los integrantes del grupo sí aseguraron que El Retiro es “un parque seguro”, que tiene un nivel de mantenimiento y conservación muy elevado, con profesionales de mucha experiencia y una plantilla superior a la de cualquier otro parque de España, con un jardinero para cada cuatro o cinco hectáreas. Además, subrayaron que es precisamente el ojo clínico de los jardineros la mejor herramienta para detectar árboles que estén en riesgo de caer. No obstante, advirtieron de que “el riesgo cero no existe”.
El inventario realizado durante estos meses deparó una preselección inicial de 4.905 árboles, de los cuales fueron seleccionados 814. Uno de ellos se cayó, otros 16 se quitaron artificialmente en un principio y últimamente se han talado otros tres.
Hay otros 32 ejemplares que se consideran “moribundos”, pero los expertos aclararon que, si están situados en lugares a los que no tiene acceso el público, no hay por qué retirarlos, porque los árboles muertos conservan un importante valor biológico e incluso paisajístico.
“No hay ningun árbol que consideremos peligroso. Si lo vemos,lo quitamos. Pero para hacer eso no hace falta ninguna comisión. Lo haría cualquier gestor o cualquier persona en el jardín de su casa”, enfatizaron.
El siguiente trabajo del grupo de expertos será la elaboración de un Plan Director, de aquí a diciembre, del que se derivará un plan de actuación para minimizar los riesgos tanto como sea posible.
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