La formación de los futuros trabajadores

El refuerzo que llega a las residencias: "Somos más necesarios que nunca"

Ante la expansión de la segunda ola en España, los brotes vuelven a poner el foco en los centros para los más mayores, donde el colapso obliga contratar más profesionales.

Estudiantes del certificado de técnico sociosanitario que les acredita para trabajar en residencias
Estudiantes del certificado de técnico sociosanitario que les acredita para trabajar en residencias
María León Escribano

La segunda ola de contagios vuelve a poner el foco en las residencias de mayores, que esperan ansiosos la ayuda de su particular ‘séptimo de caballería’ que parte de los centros de formación. Los estudiantes de técnico sociosanitario, futuros auxiliares en residencias de mayores, ultiman su preparación -que se vio interrumpida por la pandemia- para poder ayudar cuanto antes con su trabajo. "Ahora somos más necesarias que nunca", afirman. Pese a que la situación no es la de los meses de marzo y abril, cuando muchos centros se vieron totalmente colapsados, el mayor número de brotes en estos centros evidencia de nuevo una mayor carga de trabajo que se tratan de solventar con más personal.

Los refuerzos, que llegarán las próximas semanas, dejan claras sus ganas y, sobre todo, destacan su vocación, que sigue intacta pese a la situación crítica de muchas residencias. Zoila Segovia estudia el certificado que le acreditará para trabajar en uno de esos centros. Empezó antes de la pandemia y durante estos meses "se han acentuado mis convicciones de querer terminar y poder servir". Pese a la vocación, reconoce cierto miedo al contagio -"como ocurre en la calle"- pero afirma que "la necesidad también obliga". En ese sentido, destaca que tienen que "arrancar de alguna manera porque no sabemos cuánto tiempo va a estar la pandemia". 

Paula Andrea también estudia ese curso y afirma que la pandemia "no ha cambiado nada". En su caso quería formarse en este sector porque "para este trabajo hay mucha demanda, se puede seguir adelante". Aún así también destaca su vocación - ya había trabajado con una persona dependiente- y defiende que "al que le gusta esta profesión, se entrega más y lo hace mejor". 

Las salidas laborales que ofrece este sector, incluso antes de la pandemia debido al envejecimiento de la población, es una de las razones entre quienes deciden estudiar este certificado. "El perfil que suele venir es un alumno, predominantemente mujer, con una necesidad específica", señala Alicia Palomino, directora de Estudios de CODESA, uno de los centros de formación donde se imparte el curso necesario para poder poder trabajar con personas dependientes, entre ellos los usuarios de residencias. Se trata de un curso "muy rápido y corto" -370 horas teóricas y 80 prácticas- que, además, tiene una alta tasa de empleo. "En el mismo centro donde realizan las prácticas, el porcentaje de colocación es muy alto", afirma. 

No obstante, este año los alumnos cuentan con un contratiempo más. Las residencias no acogen alumnos en prácticas "porque van a estar solo 15 días". Para que la formación no se vea afectada, los centros han adaptado esas prácticas a su equipamiento. Ahí ponen en práctica lo aprendido, aunque por ahora con un maniquí. En semanas cambiarán los muñecos por usuarios reales, el cambio será más brusco y sin tiempo de adaptación, pero no creen que les afecte. "En las prácticas no aprenden nada nuevo de técnica, aprenden el movimiento y la velocidad", indica Palomino. "Ya que no se puede hacer allí, lo hacemos aquí, tratamos de que nos quede lo importante", añade una de las alumnas.

"Estoy concienciada con la carga de trabajo"

Una de las cuestiones que se asumen durante la formación es la carga de trabajo que hay en las residencias. "Estoy concienciada, lo que me han enseñado aquí me ha fortalecido", afirma Paula Andrea. Las condiciones laborales no han cambiado e incluso se han agravado durante la pandemia por la falta de recursos y pese a las protestas. La directora de Estudios de CODESA explica que, aunque no entran a valorar la cuestión económica, sí creen que deberían mejorar las condiciones "en cuanto a sobrecarga de trabajo y equipamiento". 

Noelia Muñoz, educadora social y profesora de este certificado sociosanitario, destaca el potencial de estos profesionales, "siempre han sido muy necesarios, pero ahora más". Explica que son personas que "saben tratar muy bien a la gente, con mucho cuidado y tacto, asimilan muy bien todo" y cree con el tiempo será "una profesión que a la larga va a ser muy demandada".

Estudiantes del certificado de técnico sociosanitario que les acredita para trabajar en residencias
Los alumnos se preparan para realizar las prácticas en el centro de formación.
María León Escribano

A la frenética actividad habitual en las residencias, se suman ahora además los protocolos sanitarios, que asumen desde la formación. Antes de realizar las prácticas, todos los alumnos se preparan con gel hidroalcohólico y su equipo de protección. Todos "ya van cogiendo rutinas" y tienen asimilado el nuevo proceso, "no puedes maniobrar a nadie si no tienes un proceso antiséptico". Una vez preparados, ya pueden iniciar los ejercicios. 

La demanda de estos trabajadores no se ha visto mermada por la ausencia de estas prácticas en residencias. La situación de los centros obliga a contratar cuanto antes a profesionales, tratando de recortar los retrasos por la burocracia. Desde que finalizan los estudios hasta que obtienen el título pasan cerca de tres meses, un periodo que ha sido incluso mayor durante los meses de confinamiento. Hasta que no llega esa titulación, oficialmente no están certificados y no podrían trabajar. Sin embargo, como explica la directora de Estudios de CODESA, algunas residencias los contratan "incluyendo una cláusula adicional en el contrato y acreditando que el alumno ha realizado las prácticas y que solo están a la espera de recibir la titulación". 

Pese a que la demanda de estos trabajadores es incluso mayor ahora durante la pandemia, no se ha producido un aumento de los estudiantes. Palomino explica que, "pese a la oportunidad para poder trabajar, se une el miedo a recibir formación presencial".  

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