Refugiados sirios, palestinos e iraquíes esperan que el papa alivie su drama

  • Refugiados sirios, iraquíes y palestinos esperan que su encuentro con el papa Francisco y la petición que este elevará a la comunidad internacional en el lugar en el que predicó San Juan Bautista sirva para aliviar la tragedia en la que viven.

Por Abdul Jalil Mustafa

Ammán, 23 may.- Refugiados sirios, iraquíes y palestinos esperan que su encuentro con el papa Francisco y la petición que este elevará a la comunidad internacional en el lugar en el que predicó San Juan Bautista sirva para aliviar la tragedia en la que viven.

"El encuentro en el río Jordán reflejará la simbólica relación entre su santidad y los grupos que sufren", comentó a Efe el padre Rifaat Bader, portavoz oficial durante la visita del papa en Jordania.

Director del Centro Católico de Estudios y Medios, Bader cree que será "un encuentro cordial y de apoyo al papel de Jordania en el alivio del sufrimiento humano o de algunos colectivos, en especial refugiados, tanto cristianos como musulmanes".

Según cálculos de las organizaciones humanitarias, más de 600.000 sirios han buscado cobijo en Jordania tras el estallido en 2011 de la guerra civil en su país.

Alrededor de 100.000 de ellos malviven ahora en el campo de Zaatari, situado en medio del desierto y a 85 kilómetros al noreste de Ammán, bajo tutela del gobierno jordano y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

La continua llegada de refugiados -unos 500 diarios- obligó el pasado abril a levantar un nuevo campamento, esta vez en la desértica área de Azraq, a unos 100 kilómetros al este de la capital.

Ante la gravedad de la situación, los ministros de Asuntos Exteriores de Jordania, Irak, Líbano, Egipto y Turquía se reunieron recientemente para alertar del drama al resto de la comunidad internacional.

Además de refugiados de la guerra siria, Jordania alberga 400.000 iraquíes que se establecieron en territorio hachemí tras la invasión militar liderada por EEUU en 2003.

Cifras que afectan a la economía de un país, Jordania, con recursos limitados.

Según Bader, el acto papal que se celebrará en el lugar del bautismo será seguido por cerca de 600 personas, unas 100 de ellas refugiadas.

"Desconozco su procedencia, no sé si vienen de Zaatari, pero lo que es seguro es que están registrados con ACNUR", indicó el religioso.

"La mera presencia en este sitio evidenciará la relación de colaboración en el dolor y la esperanza que la paz y la justicia, así como la estabilidad y la seguridad, establecerá en Jordania y en los países vecinos", deseó.

Asimismo, señaló que el papa "tomó la iniciativa durante los rezos del 7 de septiembre para pedir que se callaran los tambores de guerra en Siria y en cualquier lugar del mundo encendiendo las velas de la justicia y la igualdad".

Aquellas palabras tenían como telón de fondo, además, el secuestro de un grupo de monjas ortodoxas a manos de rebeldes sirios en la aldea cristiana de Malula, liberadas posteriormente en marzo.

Por el momento, instituciones católicas como Cáritas extienden su ayuda a cerca de 300.000 sirios en Jordania, sin diferenciar entre cristianos o musulmanes, explica Bader.

En su opinión, el llamamiento del pontífice se dirige también al conflicto de Oriente Medio "donde los palestinos han sido expuestos a las injusticias de Israel. La política israelí incluso evita que los palestinos de Jerusalén puedan venir a saludar al papa".

"Las injusticias históricas de estos tiempos están representadas por el sufrimiento de los palestinos residentes en Jerusalén y el santo padre lo entiende y le duele", añadió.

Bader expresó el deseo de que Francisco muestre especial atención a la interrupción de la emigración cristiana, en particular desde Jerusalén Este a causa de las políticas israelíes, y desde otros países árabes como Irak, por ejemplo.

Esta "obsesión" es también compartida por Taysir Ammari, portavoz del Grupo Contra la Emigración de Árabes Cristianos de Ammán, quien espera que esta cuestión salga a la luz durante la visita del pontífice.

"Creo que la visita de su santidad tendrá un efecto positivo y arrojará luz sobre este asunto y respaldará la justicia en Palestina", confesó Ammari a Efe, y aseguró que "el Vaticano es consciente del perjuicio que supone limpiar la región de cristianos".

Según sus propios datos, el número de cristianos en Palestina ha descendió drásticamente hasta quedarse en el 1 por ciento, frente al 25 por ciento que se registraba antes de la ocupación en 1967 de Jerusalén Este y del resto de Cisjordania.

"De este modo, los lugares santos de Jerusalén y Belén se convertirán en museos, sin creyentes", apostilló.

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