Del cerebro de Einstein a un dedo de Pancho Villa: las reliquias más extravagantes de la historia

  • Cuando un personaje ilustre fallece suele generarse cierta mitomanía en torno a ellos, que hace que sus más fieles admiradores quieran cualquier recuerdo.

    Desde los ojos de Albert Einstein hasta el dedo de Pancho Villa, son innumerables los recuerdos que se conservan de grandes figuras de la historia.

Las reliquias de figuras históricas más extravagantes de la historia
Las reliquias de figuras históricas más extravagantes de la historia
L.D.

Ya sea pidiendo una camiseta a tu futbolista favorito en el campo o rebuscando por Internet el objetivo de muchos fans es conseguir un pedacito de sus ídolos. Esto no es nuevo, a lo largo de la historia se han coleccionado diversos 'recuerdos' de grandes figuras de la historia. Pero no todo van a ser reliquias santas, también hay otros restos más profanos.

Varios dedos de Galileo Galilei fueron adquiridos en una subasta por el Museo de la Historia de la Ciencia de Florencia. Estos restos fueron arrancados del cadáver del principal astrónomo del Renacimiento en 1737 por unos seguidores empedernidos. Los restos se pueden ver exhibidos junto a un diente de Galileo y varios telescopios que inventó en vida.

Los ojos y el cerebro de Albert Einstein fueron arrebatados de su cadáver, aunque en este caso voluntariamente. Su cerebro fue analizado con detenimiento mientras que sus ojos fueron regalados a Henry Abrams, oftalmólogo de Einstein, pero no han salido a subasta, aunque ese murió en 2009. Recordar que sus teorías en vida se verifican después de su muerte.

Un tubo de ensayo guarda el último aliento de Thomas Edison, el más prolífico inventor estadounidense. Ete se puede ver en el Museo Henry Ford en Dearborn, Michigan. Cuando el inventor de la bombilla falleció en 1931, su médico guardó en dicha probeta su último suspiro.

Volviendo a los dedos, también se guardan los de Pancho Villa. Concretamente el dedo que usaba para disparar su gatillo fácil el revolucionario mexicano, seguramente arrancado de su cadáver en 1926, cuando unos ladrones exhumaron su cadáver.

Por último, destacar que el pene de Napoleón Bonaparte todavía está en dando vueltas, pero en este caso en manos de coleccionistas privados. Se sospecha que actualmente lo guarda un coleccionista argentino. El pene del gobernante francés pudo ser extirpado por un cirujano durante su estancia en la isla de Santa Elena.

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