La campaña de inmunización no está garantizada

¿Vacunados en verano? El retraso hunde todas las previsiones de Sánchez e Illa 

Los avisos de retrasos en la producción o de envío de menos viales de los previstos de las empresas que desarrollan las dosis dificultan los objetivos de Europa, que insiste en el 70% de vacunados para verano.

Una trabajadora prepara en la residencia Sa Serra, de Sant Antoni de Portymany (Ibiza), la segunda dosis de la vacuna contra la covid-19, este lunes. A las 15.30 horas ha comenzado la administración de la segunda dosis en las residencias ibicencas, después de 21 días desde la inoculación de la primera dosis.
El retraso en la llegada de vacunas pone en alerta a la UE y mina la recuperación
Agencia EFE | Sergio G. Cañizares

El bautizado como "principio del fin" de la pandemia de coronavirus empieza a mostrar sus primeras grietas. La campaña de vacunación que diseñó la Unión Europea ya afronta obstáculos que podían aparecer en el proceso, pero que no formaron parte de las previsiones de los estados miembros. Las empresas que están desarrollando las vacunas han empezado a advertir de que su producción no irá acorde a los tiempos previstos o a que no podrán producir los viales suficientes que acordaron con Bruselas. Una problemática que ha puesto en alerta a las instituciones europeas, que han empezado a presionar a las compañías bajo el argumento de que deben cumplir los contratos. Y que pondrá en jaque toda la programación en torno a las inmunizaciones. Por la que cerca del 70% de los ciudadanos de países como España deberían estar vacunados en verano.

Que estos inconvenientes van a poner en apuros a toda Europa es algo que no han ocultado en ningún momentos algunos de sus líderes, que han advertido públicamente a Pfizer y AstraZeneca. Esta última firma es la que ha provocado la reacción más airada de la Comisión Europa, tras anunciar que no entregaría todos los viales previstos en los contratos. Así lo ha admitido este mismo lunes la comisaria de Salud europea, Stella Kyriakides, que ha instado a la farmacéutica a comunicarles cuántas dosis han producido, además de reclamarles que expliquen si las han distribuido y a qué país en concreto. Incógnita que según Kyriakides aún no han sido despejadas. 

Estas dudas sobre la inmunización de AstraZeneca han provocado un choque entre la empresa y Bruselas apenas unos días antes de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) estudie la aprobación la vacuna de esta compañía. Lo cual no tiene por qué afectar al dictamen de la EMA. Fuentes de AstraZeneca aseguran a La Información que "los envíos se mantienen en las fechas programadas", pero que "el número de viales iniciales será menor del previsto originalmente". Entre los motivos que aduce la empresa está la "reducción del rendimiento en una planta de fabricación dentro de nuestra cadena de suministro europea". "Suministraremos decenas de millones de dosis en febrero y marzo a la UE, mientras seguimos aumentando los volúmenes de producción", insisten desde la farmacéutica. Explicaciones que no convencen a gobiernos como el de Italia, que ha anunciado que tomará medidas legales por este 'recorte'.

El otro problema para cumplir el calendario de vacunación lo puede presentar Pfizer. A los problemas de logística que retrasaron las entregas en la segunda semana de la campaña, se sumó hace unos días el anuncio de la firma estadounidense de que tendría menos dosis disponibles por un cambio en su producción. Europa no tardó en reaccionar. El más contundente fue el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que aseguró que habían dado un "golpe sobre la mesa" para conseguir que "se respeten los contratos". A consulta de esta redacción, la compañía señala que hubo una "reducción temporal" en las entregas de la pasada semana por modificaciones en el proceso de producción. Cambios que tenían como fin "suministrar de manera significativa más dosis en el segundo trimestre". Algo que se ha solucionado, y que incluso supondrá un "aumento del suministro a partir de la semana del 15 de febrero".

Pero aunque las instituciones europeas no oculten su preocupación, eso no significa que hayan avisado de que esto va a provocar que modifiquen sus planes. La idea de España de que el 70% de la ciudadanía esté inmunizada en verano o la de Alemania de que todos los alemanes dispondrán de las dos dosis necesarias a finales de la época estival siguen sobre la mesa. Una promesa que no pasa solo por las dosis que repartan Pfizer, Moderna o AstraZeneca, sino que también está sujeta a la llegada de los viales de cuatro compañías con las que Bruselas tiene apalabradas vacunas. Las siguientes en llegar durante este año deberían ser las que están diseñando Janssen, Sanofi Pasteur / GSK, Novavax y CureVac. Pero no hay una fecha definitiva para su aterrizaje. De hecho, Sanofi y los laboratorios GSK ya advirtieron en diciembre de que iban a retrasar el lanzamiento de su dosis. Y por el momento no tienen fecha de lanzamiento, confirman fuentes de GSK.

Posible golpe a salud y economía

Las trabas con las que se ha encontrado la UE pueden tener consecuencias tanto en el ámbito sanitario como en el económico. En el primer caso, los retrasos de la producción de viales coinciden con el repunte de contagios de la tercera ola del virus. Las cifras de contagios y de fallecidos baten récords casi a diario en distintos países europeos. Y que no haya vacunas suficientes mientras crecen los positivos puede alejar los objetivos que se han planteado, ya que el virus seguirá circulando de forma descontrolada hasta que las restricciones que está aplicando toda Europa surtan efecto. Por ahora, y tras el comienzo de la campaña el 27 de diciembre, en España ya cuentan con la inmunización total casi 89.000 personas. Cifra que abarca tan solo al 2% de la población. 

El otro campo en el que se notaría un incumplimiento de los compromisos de las empresas, y por extensión de Europa, es en la economía. Como han señalado desde numerosas instituciones, la vacuna es la única manera de que la actividad económica y el consumo se puedan reactivar a corto y medio plazo. Su distribución masiva y el fondo de rescate europeo que acordaron los líderes europeos serían las claves de esa recuperación, sobre la que se hicieron previsiones que apuntaban a que la mejoría se empezaría a notar en el segundo semestre de 2021. Por ese motivo, los estados miembro se pusieron como objetivo conseguir la inmunidad de grupo de cara al verano. Un plazo ambicioso que aseguraron que era suficiente. Pero que ya sufre el efecto de las circunstancias que pueden impedir ese éxito que fue programado desde Bruselas. Mientras, Europa ya habla de aislar las zonas con más de 500 contagios para impedir que el coronavirus siga extendiéndose.

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