Ricardo Miracle narra un convulso amor de juventud entre Madrid y Barcelona

  • Júlia Talarn.

Júlia Talarn.

Barcelona, 30 mar.- El abogado catalán Ricardo Miracle se inicia en el mundo de la literatura con "Un amor sin fin(al)", una novela que recrea la relación sentimental entre dos jóvenes en los años 80 a caballo entre Madrid y Barcelona, dos ciudades "en continua rivalidad".

En una entrevista con Efe, Miracle ha subrayado la doble significación de la novela. Por un lado, la narración de un desamor de juventud, basado en hechos reales que marcaron la vida del autor, y, al mismo tiempo, un retrato costumbrista de la sociedad de los años 80 en torno a dos ciudades "profundamente desconocidas entre sí".

Eduardo y Cristina son los dos jóvenes protagonistas de esta narración que ven como la distancia entre ellos, la diferencia de edad, sus personalidades dispares y, finalmente, los estereotipos sociales acaban por dirigirlos hacia caminos vitales distintos.

La información estereotipada que ambos han recibido de sus respectivas ciudades y el escaso conocimiento que tienen del ambiente social en el que se desenvuelven jugarán también un papel importante a la hora de separar definitivamente a la pareja.

Es por este motivo que Miracle define a "Un amor sin fin(al)" (Ediciones Carena) como una "novela-denuncia" de la fractura social que había y que "aún permanece", aclara, entre dos ciudades que viven en "universos distintos", por lo que el autor ha destacado que una de las finalidades de su obra es lanzar una petición para "crear puentes de contacto entre las comunidades".

La plasmación sobre el papel de esta historia intensa, basada en experiencias reales del autor, surge de la necesidad de "cerrar una herida abierta" de hacía años y de la necesidad de sacar al escritor que Miracle llevaba dentro, motivo por el cual se decantó por esta historia autobiográfica que "siempre había impresionado a quienes se la había contado".

Aunque su primera intención era escribir una "sencilla historia de amor", Miracle se dio cuenta de que, mediante la narración de los distintos viajes de los dos jóvenes a sus respectivas ciudades, se iba desgranando todo el contexto social de la década de los 80, conocida como "los felices años ochenta", por lo que los lectores de mediana edad podrán "sentirse identificados" con el ambiente que se describe.

En "Un amor sin fin(al)", el humor y sarcasmo juvenil se entrelazan con la triste amargura del desencanto para dar vida a unos protagonistas con carácter que llegarán a establecer una fuerte y convulsa relación que se romperá para siempre, marcando profundamente a los protagonistas.

Traumatizado por el final de esa relación que se relata en la novela, Miracle ha confesado que, aparte de satisfacer el anhelo y pasión por la escritura, con su novela ha desarrollado un ejercicio de "exorcismo de los demonios", en un intento de curar las heridas sentimentales que le provocó esa relación.

De ahí que el autor decidiera por ponerse en contacto con esa antigua joven, retratada en la novela bajo el nombre de Cristina, para construir el final de su obra, en un intento "real" de apaciguar la amargura de la separación y poner un feliz punto y final, tanto a la novela como a su pasada y verídica relación.

A pesar de eso, Miracle ha confesado que ahora sigue "muy afectado por esos hechos" y señala que, a diferencia de lo que se dice, el proceso de creación de la novela no le ha servido "en ningún caso de terapia".

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