Asunción, 8 jul.- El río Paraguay paró hoy de subir en Asunción, por primera vez desde mayo, mientras los desplazados seguían llevando sus enseres de las zonas inundadas a las barracas precarias que han montado en casi todos los espacios libres del centro de la ciudad, incluidas las principales plazas.
La crecida de los ríos por las lluvias de los últimos meses ha obligado el desplazamiento de 240.125 personas en Paraguay, 80.060 de ellas en Asunción, según la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN).
La profundidad del río que da nombre al país se mantuvo hoy en 7,35 metros en el puerto de la capital, según la Dirección de Meteorología e Hidrología, que prevé que comience una bajada lenta esta misma semana.
Pero los expertos dudan de que el caudal disminuya lo suficiente para permitir que los evacuados regresen a sus casas antes de la época de lluvias, en el último trimestre del año, que volverá a elevar el nivel de las aguas.
Mientras, centenares de personas continuaban hoy mudando sus escasos bienes del barrio ribereño conocido como Chacarita, el más pobre del centro de Asunción, hasta las plazas y calles peatonales que rodean el Congreso y otros importantes edificios institucionales.
Lourdes Brisuela corría este martes mientras gritaba desesperada entre las casetas de finísimas placas de madera y techos de chapa que se extienden por toda la plaza peatonal frente al edificio del Congreso.
Nicolás, su hijo de un año y siete meses, no aparecía y toda la familia le buscaba entre los estrechos corredores que van formando los asentamientos improvisados.
Con dos hijos a sus 19 años, Brisuela vive de lo que vendía en su despensa en la Chacarita, que se ha empezado a anegar.
"Por eso nos vinimos hace unos 5 o 6 días", explicó a Efe Brisuela, tras calmarse al recuperar a su hijo, que se había extraviado entre las casetas vecinas.
La joven y su madre, Mercedes, de 36 años, pidieron más seguridad en la zona porque la comisaría que está justo en frente no les atiende, según ellas.
Además, aseguraron que las autoridades no les dan el material suficiente para construir los refugios.
"Queremos volver a casa y más después de lo que me pasó, esto no es seguro, nos queremos ir ya de acá", manifestó Brisuela, cuyos hijos no van a la escuela desde la pasada semana porque las de su barrio están inundadas y la habilitada como alternativa está demasiado lejos para ir caminando.
Angélica Aguilera, maestra de matemáticas en tres escuelas públicas, nacida y criada en la Chacarita, explicó a Efe que las autoridades no les informaron ni previnieron de la subida del río y dijo que solo les han dado una ayuda improvisada que a su juicio "no sirve para nada".
"Todos queremos volver a casa. No hay calle segura para vivir, pero es la única solución que nos dan", dijo Aguilera, que espera recuperar la casa de ladrillos de sus padres, ahora sumergida casi por completo.
Actualmente es la época seca en Paraguay, pero el río ha crecido debido a las copiosas lluvias de principios de año, así como a algunas tormentas muy intensas, fuera de tiempo, pues son propias del verano austral, y que los expertos atribuyen al cambio climático.
"Si no llueve, (el río Paraguay) debe empezar a bajar lentamente de aquí a dos ó tres días, porque no hay nada que incremente su altura", dijo a Efe Max Pastem, el jefe del departamento de Climatología de la Dirección de Meteorología e Hidrología.
El experto apuntó que en la cuenca media y alta del río no ha llovido y las precipitaciones del pasado fin de semana en la zona de Asunción fueron escasas. Además, la Dirección no prevé lluvias importantes a corto plazo.
Pastem alertó de que la bajada del caudal será lenta, pues al contrario que ríos como el Iguazú o el Paraná, las crecidas del Paraguay son muy graduales.
Dijo que el nivel del agua volverá a crecer en la época de lluvias, en particular ante la probable aparición del fenómeno de El Niño, un aumento de la temperatura en la superficie del océano en el Pacífico que afecta al clima mundial y que en Paraguay incrementa las precipitaciones.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) estima en entre un 75 % y un 80 % la probabilidad de que se produzca ese fenómeno entre octubre y diciembre próximos. EFE
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