"Nos pegaban para hacernos olvidar nuestra vida. Nos decían que ahora éramos soldados"

  • Christophe, David y Gerard son tres chavales de República Democrática del Congo. Iban a la escuela y ayudaban a cultivar el campo. Hasta que un día unos militares acabaron con su infancia. En el Día Internacional de los Niños Soldados eschamos su historia.
lainformacion.com / Gráfico: Carlos Gámez

Hoy se celebra el Día Internacional de los Niños Soldado. Las ONG que trabajan en este ámbito calculan que hay 300.000 niños y también niñas obligados a tomar parte en conflictos violentos. Uno de los países donde más sufren esta lacra es en República Democrática del Congo, donde muchos pequeños son secuestrados por grupos armados.

Save the Children empezó a trabajar en Congo en 1994, ayudando a niños que había escapado al genocidio de la vecina Ruanda. Desde entonces han logrado la liberación de más de 3.000 niños. Es el caso de Christophe, a quien secuestraron dos veces en el norte de Kive. Ambas logró escapar. David y Gerard fueron secuestrados cuando caminaban a casa desde la escuela. Les llevaron a un campamento de entrenamiento donde les pegaban palizas para que olvidaran todo su vida anterior.

Tres chicos a los que quisieron ahogar su voz que ahora cuentan su historia.

La historia de Christophe

"La primera vez que me secuestraron fue en 2006. Estaba trabajando en el campo yo solo, cultivando nuestro campo, cuando miré hacia arriba y vi a algunos soldados que venían hacia mí. Me tomaron por la fuerza y me obligaron a dejar lo que estaba haciendo.

"Me llevaron con ellos, me dieron armas y un pequeño entrenamiento sobre cómo usarlas, cómo disparar y cómo utilizar los cartuchos. El entrenamiento terminó en sólo dos días. A partir de entonces era un combatiente.

"Fui combatiente durante un año. Sólo fui al frente una vez. En las demás ocasiones escoltaba a los comandantes, transportando cosas. Disparé a soldados, pero no sé si mis balas mataron a alguien".

"El día que me escapé, un grupo de nosotros corrió a unirse a los soldados. Nos cogieron para que nos uniésemos a ellos y comenzó un nuevo proceso de entrenamiento. Después de unos cuantos días Save the Children llegó al campamento buscando a niños y nos llevó a un centro en Goma, donde cuidaron de nosotros y me reunificaron con mi familia.

"Pero fui secuestrado una segunda vez. De nuevo estaba trabajando en el campo cuando me cogieron. Esta vez pensé que iba morir. Pensé que sabían que había huido y que me iban matar. Son asesinos, ladrones y bandidos. Matan a civiles. Van a los pueblos y roban cabras, pollos, todo. Entonces matan a la gente. Roban a todo el mundo, independientemente de su tribu.

"Cuando estuve en el frente tenía miedo de muchas cosas. Tenía miedo de matar a alguien. Tenía miedo de que me mataran a mí. Mataban a muchos niños. Si tratabas de escapar te disparaban.

"Todos los niños tenían miedo de ir al frente, pero no tenía elección. Les mandaban delante mientras que los adultos iban detrás. Si nos negabamos, nos mataban.

"En mi batallón había seis niñas. Tenían entre 15 y 17 años. También había mujeres mayores que eran las esposas de los líderes. Las niñas también luchaban. Todas fueron violadas.

La historia de David y Gerad

"Donde solíamos ir a la escuela a veces veíamos pasar a los grupos armados, buscando a niños que reclutar. Un día, cuando estábamos caminando de regreso a casa, la carretera estaba bloqueada por los soldados. Nos llevaron a su campamentos. Éramos doce niños. En el campamento nos enseñaron a luchar y a disparar. Nos pegaban a menudo.

"Sólo estuvimos en el ejército durante dos días y no participamos en ninguna lucha armada. Pero nos entrenaban hasta el agotamiento y nos pegaban palizas. Por eso huimos. Nos pegaban para hacernos olvidar nuestra vida en casa y en la escuela. Nos dijeron que teníamos que olvidar todo lo que habíamos aprendido antes. Nos dijeron que ahora que éramos soldados, nunca podríamos regresar.

"El campamento de entrenamiento era una vieja escuela que el grupo armado había tomado. Enviaron a las niñas y a los profesores más viejos a casa. A los profesores jóvenes les obligaron a quedarse. Había mucha gente en el campamento, niños y adultos. Todos los niños tenían entre 13 y 17 años. No había niñas.

"Todos éramos de la misma escuela. Los otros cuatro niños que fueron capturados con nosotros todavía están con el grupo armado. Nosotros pasamos dos días en ese campamento. Durante el segundo día nos las apañamos para escapar. Al principio corrimos hacia nuestras casas, pero por la noche los soldados vinieron a buscarnos así que nuestros padres nos dijeron que corriésemos hacia MONUC.

"En el campamento nos acogieron y nos cuidaron durante dos semanas. Alguien nos registro y nos llevó a Goma. Allí, MONUC contactó con Save the Children que vinieron a cuidar de nosotros y nos encontraron una familia de acogida.

"Queremos volver a vivir con nuestros padres, pero tenemos miedo de que los soldados todavía estén alli y nos capturen de nuevo. No tenemos noticias de ellos".

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