Rubalcaba reitera su intención de “forzar” primeras oportunidades laborales para titulados universitarios


El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, reiteró hoy su intención de “forzar” primeras oportunidades laborales para titulados universitarios con el objetivo de introducirlos en el mercado de trabajo y que a partir de ahí su movilidad sea más fácil.
El propio candidato puso el término “entre comillas” al exponerlo como objetivo ante el grupo de jóvenes participantes en el segundo “Diálogo con Rubalcaba”, esta vez sobre empleo y universidad.
Entre los ciudadanos que voluntariamente se inscribieron para participar, el instituto de opinión Imop seleccionó a 53 universitarios, de ellos 13 militantes del PSOE, 28 mujeres y 25 hombres, el más joven de ellos de 18 años y el mayor de 34, algunos aún con la carrera en curso, otros licenciados, titulados en master, y doctores.
La selección trató de respetar la representatividad geográfica, y los estudiantes proceden de universidades de todas las comunidades autónomas, la mayor parte públicas, más de la mitad han simultaneado los estudios con algún empleo.
A todos ellos les dijo que están en la institución de la que seguramente España depende más para encarar su futuro, porque las sociedades avanzadas son las capaces de incrementar su conocimiento mediante la investigación y la innovación.
Pese a mostrarse comprensivo con la angustia que invade a los padres que, debido a la crisis, sienten que dejarán a sus hijos un país peor que el que ellos han vivido, aseguró que eso “no es así”, porque, de forma distinta a como entró, España saldrá “con toda seguridad”.
Desmintió por ello la tesis de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, y también el “disparate” de que un título formativo no sirva para encontrar empleo, a pesar de que durante una época en España se colocaba prácticamente quien tenía formación y quien no.
Eso ocurrió por la burbuja inmobiliaria, aseguró, “pan para hoy y hambre para mañana”, y por eso ahora uno de los objetivos es reciclar al cerca de millón de jóvenes entre 20 y 30 años que no tiene formación ni empleo. El otro gran objetivo es mejorar la empleabilidad quienes tienen esa formación pero no encuentran empleo cualificado acorde con ella.
Para esos dos colectivos, explicó, el PSOE busca fórmulas concretas para incluirlas en su programa electoral, y de momento tiene dos grandes ejes, uno es que en cuatro años al menos 100.000 jóvenes estudiantes puedan estar haciendo prácticas en empresas. Otro, “forzar, entre comillas”, un primer contrato laboral para titulados, a modo de “primera oportunidad” para insertarlos en el mercado laboral porque, a partir de ahí la continuidad es más sencilla.
Hay muchas cosas que mejorar en la universidad, dijo Pérez Rubalcaba, pero sobre la premisa de que la española es “mucho mejor de lo que se dice”. Para evaluarla, hay que recordar el punto de partida, los altos niveles de analfabetismo en la España de finales del XIX, muy superiores a los prácticamente nulos que tenía Finlandia en ese momento, país que cuenta hoy, según dicen, con el mejor sistema educativo.
Se ha avanzado “muchísimo”, aseguró, y se ha hecho “mucho más justa”, como prueba el aumento porcentual de universitarios cuyos padres carecen de estudios, y también el aumento de mujeres, que hace “aún más intolerable” la brecha salarial entre hombres y mujeres.
Para lograr todos esos objetivos, el candidato socialista reconoció la necesidad de “pasar de la retótica política a los presupuestos”, es decir, poner recursos para todas esas políticas.
El Estado está “muy limitado” para crear empleo de forma directa, reconoció, pero sí puede “incentivar” a la economía para que, una vez creciendo, cree el mayor empleo posible, y de la mejor calidad, así como facilitar el emprendimiento. Y la universidad también puede “formar mejor” para facilitar la transición de los estudiantes al mundo laboral.
Todo ello lo explicó Pérez Rubalcaba a los estudiantes en una primera exposición abierta a los medios de comunicación en la que reconoció en un momento dado “ya no tengo ni voz”, y antes de una conversación con ellos ya a puerta cerrada.

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