San Valentín: Un viaje, amor, desamor y drogas

  • Una ruta por toda España le sirvió a Alberto para dejar un mensaje a la chica a la que quería. Mientras, Lucía y Raúl esperan su primer hijo diez años después de haberse conocido durante unas novatadas.
San Valentín (Raúl Arias)
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lainformacion.com
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"Todo comenzó cuando cambié de trabajo y descubrí su mirada". Habla Alberto, un artista que hace tres años conoció a Alicia, la mujer que le quitaría el sueño durante mucho tiempo. La joven trabajaba en otro departamento por lo que para Alberto no resultaba fácil encontrar una excusa para dirigirse a ella.

"Prefería que nuestros trabajos no tuvieran nada que ver, sigo con fidelidad no tener una relación con compañeros, y sabía que si la conocía más no me la podría quitar de la cabeza". Sin embargo, un día, casi de casualidad, el joven decidió dejar un pos-it con un dibujo y una nota, en el monitor de Alicia.

"Los mensajes empezaron siendo humorísticos con cierto tono de elogio y se convirtieron en elogios con tono de humor. Cada cierto tiempo le dejaba uno en el monitor. Rápidamente me convertí en un admirador secreto. A veces iba a las seis de la mañana a la oficina, cuando no había nadie, o incluso algún domingo a dejarle algo con algún regalo original. No quería que se descubriera mi identidad y para ella se convirtió en una especie de juego".

Durante casi un año Alicia no dejó de recibir los mensajes: "No me importaba no tener respuesta, para mí era todo sacarle una sonrisa un lunes por la mañana". Podría seguir así si no llega a ser porque Alberto decidió cambiar de trabajo pero antes sacó el valor necesario para hablar con ella.

"Me acerqué a su mesa y con una excusa de trabajo, tomamos un café. Hablamos durante más de una hora y le revelé que era yo el "admirador", quedó bastante sorprendida pero sin duda le habían gustado todos los detalles".

Decidieron quedar. "La primera cita como amigos fue bastante intensa, fue el típico primer día en el que conoces a una persona, pero nuestro vínculo era mayor, eramos almas gemelas" explica Alberto "En la despedida no no pude resistir y la besé, fue un beso apasionado y esperado".

A partir de ese momento la relación entre ambos no paró de crecer. Sin embargo, había un problema. Tanto Alberto como Alicia tenían pareja, pese a que la relación de Alberto acabó, la de Alicia no, hasta que un día le dijo que no podía continuar con esa situación y que el cuento de amor se había terminado.

"Pasaron meses pero yo sabía que estas historias no pasan todos los días y decidí hacer otra locura más, decidí dar la vuelta a España y darle un mensaje de una manera original plasmándolo en esta web: http://www.17cabosyundestino.com/. Jamás tuve respuesta, y lo acepto y asumo, cada uno tenemos nuestras prioridades y está claro que yo no era la suya. Tal vez fue la falta de valor. No lo sé, lo único que tengo claro es como dicen mis paisanos de AmenoSKuartO: "Prefiero la resaca amarga de ilusión a la amargura crónica del no intentarlo."


Amor y hierbas

"Aquel día yo no quería salir, pero las veteranas de mi colegio mayor me obligaron, a veces me pregunto qué habría pasado si no lo hubiese hecho". Fue un martes de octubre hace 10 años cuando Lucía conoció al hombre del que hoy espera un hijo. Acababa de llegar a Madrid para estudiar físicas y apenas había pasado unos días en la ciudad cuando apareció Raúl.

"Le conocí aquella noche de novatadas y rápidamente congeniamos. Me reí un montón con él, íbamos tomando el pelo a todo el mundo. Fue muy divertido" Durante más de tres meses Raúl, de 20 años y estudiante de arquitectura, y Lucia estuvieron quedando a menudo.

"Era raro, en ningún momento teníamos prisa. En ese sentido fuimos un poco "antiguos" porque nos tomamos muy en serio el tema del cortejo. Ojalá estuviésemos todavía en ese punto..." comenta Lucía entre risas.

Durante tres años la historia de amor entre ambos era casi de cuento: "A veces me asustaba que pudiésemos estar tan bien, apenas discutíamos, todo el mundo decía que daba gusto vernos juntos". Sin embargo, el cuento de hadas poco a poco se fue esfumando.

"Él dice que fue el estrés por la carrera, no lo sé, el caso es que cada vez fumaba más y más porros y empezó a beber bastante" explica Lucía "llegó un momento en que cada vez que quedábamos discutíamos".

Un año duró esta "difícil" situación. Lucía trataba de persuadir a Raúl para que lo dejase, pero era imposible lo único que recibía eran malas contestaciones y que le dejase en paz que ella no era su madre.

Según Lucía la decisión de dejarlo fue una de las más difíciles que se ha visto obligada a tomar en su vida: "me dolía mucho separarme de alguien a quien quería tanto, pero aquel ya no era el Raúl que yo había conocido".

Durante meses Raúl trató de volver con ella, iba a buscarla a la salida de clase, llamaba a sus amigas para que la convencieran... "fue muy duro, empezó a obsesionarse conmigo y cuanto más pesado se ponía menos ganas tenía de verle. Un día vino a buscarme con unos pendientes que me había comprado su madre. No se había atrevido a decirles que lo habíamos dejado, me sentó fatal".

Con el tiempo Raúl dejó de "perseguir" a Lucía. Cada uno comenzó a moverse independiente: "me dió pena porque teníamos muchos amigos en común, aunque en ese sentido yo salí favorecida, su tonteo con las drogas sirvió para que ninguno de nuestros amigos le tuviese muy en cuenta".

Durante los algo mas de tres años siguientes Lucía terminó la carrera y consiguió una beca para irse a París, allí empezó a salir con un chico parisino. "Durante todo ese tiempo a veces me acordaba de Raúl pero como habíamos acabado tan mal prefería no pensar en él".

Su historia con Christof no salió bien y decidió volverse a Madrid. Durante varios meses tuvo varias relaciones pero ninguna de ellas llegó a cuajar. Así, hasta que un día se preguntó qué sería de Raúl y decidió escribirle un mensaje para tomar un café como dos buenos amigos.

"Yo no iba pensando en volver con él, sólo tenía curiosidad por saber cómo le habían ido las cosas pero cuando volvimos a estar juntos y vi que había vuelto a ser el de antes no me lo pensé dos veces, me lancé y le besé" comenta Lucía.

A partir de ese momento, no se han vuelto a separar y ahora Lucía está embarazada de cuatro meses. "El reencuentro fue bonito pero no fue fácil porque tanto sus padres como los míos sabían que los dos lo habíamos pasado muy mal. Mis padres sabían que yo le había dejado por el tema de las drogas... Aquéllo fue algo pasajero, desde que estoy ha dejado hasta de fumar".

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