Al borde del estado de alarma

Sánchez y Ayuso hacen de Madrid un campo de batalla con la alarma a la vista

El presidente del Gobierno da un ultimátum a la líder del PP en Madrid: cumplir el confinamiento pero eligiendo la fórmula legal.

Sectores del PSOE critican el "teatro" de Moncloa en la reunión con Ayuso en Sol
Sánchez y Ayuso hacen de Madrid un campo de batalla con la Covid de fondo.
EFE

El pulso político entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homóloga en la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es ya una guerra en toda regla que se libra en la región y que se ha escenificado en agrios mensajes, comparecencias subidas de tono, cartas engoladas y duelo de procuradores y abogados ante los tribunales de Justicia. En el fondo de la cuestión está cómo doblegar la curva de infectados por coronavirus que azota a Madrid en esta segunda ola de la pandemia. Y no hay acuerdo.

Según Díaz Ayuso, las cifras están mejorando, aunque son aún preocupantes; Sánchez cree, por su parte, que la situación está descontrolada y que hay que actuar con mano dura, aplicando las limitaciones a la movilidad y a la actividad marcadas por ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la orden que ayer mismo fue 'tumbada' por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Anoche murieron las buenas formas y los diálogos de sordos: Sánchez no parece ahora dispuesto a ceder ni un milímetro de terreno en este combate político que está convulsionando a todo el país.

La tensión creciente entre ambos gobiernos está lejos de aplacarse. Hoy, Sánchez ha convocado un Consejo de Ministros extraordinario para estudiar qué receta aplicar a Madrid. Las opciones que se barajan son tres: primera, que la Comunidad de Madrid dicte una Orden al amparo de lo establecido en el artículo 3 de la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública; segunda, que Ayuso solicite la declaración del estado de alarma; y, tercera posibilidad, que sea el Gobierno de España quien lo declare unilateralmente, sin que la presidenta regional lo solicite. Lo único claro es que el Ejecutivo no parece dispuesto a aceptar ninguna solución que no sea la suya, dejando a elección de Ayuso cómo se administrará la 'medicina' que ya se venían aplicando hasta que ayer el TSJM se pronunció dando oxígeno a dirigente del PP.

Fuentes próximas al Gobierno regional aseguraban anoche a La Información que la Comunidad Autónoma de Madrid no había hecho nada irregular en este proceso: "Nosotros no hemos hecho nada, simplemente nos ha dado la razón la Justicia. Esto (por la convocatoria del Consejo de Ministros extraordinario para hoy mismo) ya es una prevaricación como un piano. Sánchez está actuando como un déspota". Los nervios en Sol están a flor de piel ya que no solo se combate contra las imposiciones de Sánchez sino que hay que templar gaitas con los socios de Ciudadanos, en una relación que cada día es más tirante y en la que el vicepresidente Aguado empieza a no sentirse nada cómodo.

Anoche hubo conversaciones cruzadas entre el Palacio de La Moncloa y Sol y también entre ambos Gobiernos y sus equipos. Sánchez habló con Ayuso en dos ocasiones. En la última, según fuentes del Ejecutivo central, la presidenta de Madrid habría pedido tiempo para tomar posición ante la triple disyuntiva. En ese momento, Sánchez decidió postergar la convocatoria del Consejo de Ministros (estaba programada para primera hora) a media mañana para poder reunirse con Díaz Ayuso antes y tratar de rubricar un pacto que casi nadie pone en duda ya que generará un tremendo desgaste político en ambas administraciones.

Tras la reunión Sánchez-Ayuso, el Gabinete vehiculizará la forma en que se 'tomará' Madrid para frenar la incidencia del coronavirus, ya sea con trágalas blandas, semiblandas o duras. Moncloa tratará de alejarse de la declaración del estado de alarma de forma unilateral, que solo se baraja si Ayuso no se pliega a ninguna de las otras dos fórmulas. Pero previsiblemente Sánchez lo hará si no hay pacto bilateral. Eso sí, añadirá a las medidas de Illa 'enterradas' por la Justicia madrileña el despliegue de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para hacer cumplir las limitaciones a la movilidad de los ciudadanos y a la actividad empresarial y económica.

Ayuso apoderó hace unos días a las policías locales para que fuesen herramienta válida para comunicar confinamientos de ciudadanos concretos y asegurarse del cumplimiento de los aislamientos y las cuarentenas. El plan de Sánchez lanzará un órdago blindando Madrid con recursos de la seguridad del Estado. Difícilmente Ayuso podrá negarse a esta 'guinda', dado que entre sus reclamaciones siempre ha estado esta asignatura pendiente como apoyo para controlar la pandemia.

La presidenta madrileña habló ayer con sus colaboradores más cercanos incluso tras el Pleno en la Asamblea de Vallecas, que se prolongó hasta casi las 21 horas. Sánchez también requirió el apoyo de los titulares de las carteras ministeriales, a fin de tener un Consejo medido y sin fisuras. A primera hora de la madrugada de hoy no había ninguna comunicación oficial por parte de la Comunidad de Madrid más que un último mensaje de su presidenta en la que revelaba los contactos con Moncloa.

"A las 22:15 de esta noche (por la de ayer) he quedado con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en hablar mañana (por hoy). A primera hora nos reuniremos en la Comunidad de Madrid para ver alternativas", decía la política popular, que insistía en la bondad de sus medidas contra la Covid. "Nuestras zonas básicas estaban funcionando y pueden ser lo mejor. Esperamos pactar una solución que beneficie a los ciudadanos y dé claridad". A la segunda irá la vencida. Todos estamos pendientes de ello.

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