Incluirá a los asintomáticos

Sanidad espera un 'boom' de contagiados y explora cómo suavizar las estadísticas

Sanitarios de la 5º planta del hospital de San Pedro de Logroño con el equipo de protección individual (EPIs)
Sanitarios de la 5º planta del hospital de San Pedro de Logroño con el equipo de protección individual (EPIs)
EFE

El Gobierno se mueve en arenas movedizas. Y es que su decisión de empezar a hacer test masivos para identificar los positivos asintomáticos por coronavirus amenaza con provocar un 'boom' de contagiados en las estadísticas, a la sazón la mejor herramienta de que dispone el gabinete de Pedro Sánchez para tomar decisiones sobre cuestiones clave como el final del confinamiento. Sin contar con el impacto político que puede suponer que empiecen a hincharse los datos ahora que el Ejecutivo sacaba pecho por haber doblegado la curva de contagios y se apresuraba a hacerlo con la de fallecidos. En suma, la cara de la moneda, véase la posibilidad de tener una mejor fotografía del efecto de la pandemia, se enfrenta decididamente con el interés político en contener los guarismos.

El descontrol en los datos que facilita el Gobierno no es nuevo en este proceso. Por ejemplo, Sanidad ya reconoció que hay irregularidades en las cifras de los ingresados en UCI e incluso diversas entidades públicas e institutos de análisis privados ya han reportado que el número de muertos y contagiados puede ser considerablemente más alto. En el primer caso, la falta de coherencia entre los datos de fallecimientos que recogen los Registros y la propia estadística del Ministerio ya ha dado la voz de alarma. En el segundo, la no contabilización de los asintomáticos ha sido en todo momento motivo de inquietud. 

Los nervios hacia los efectos que el aumento puede causar afloraron este miércoles por los 5.092 casos nuevos registrados, una cifra considerablemente superior a los 3.045 del día anterior. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, intentó quitarle un poco de peso al achacarlos al 'efecto Semana Santa' y al aumento de diagnósticos en el país. Además, deslizó que tal vez presente a los asintomáticos de forma separada al resto, complicando aún más la tabla que presenta su entidad todos los días. Ya es llamativo que el Ministerio se encuentro estudiando diversas fórmulas para presentar la información. Son más de 62.000 personas las que serán examinadas en la primera ronda de test masivos y el Gobierno espera obtener con ello un mejor panorama de la situación.

Algunos científicos ya se han lanzado a hacer pronósticos del 'tsunami' de cuadros que podría arruinar los planes del Ejecutivo para reactivar la economía. El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) estima que las pruebas revelarán que el número real de personas afectadas, incluyendo a los asintomáticos, es de tres millones frente a las 177.633 confirmadas hasta el momento. Otros, como el microbiólogo de la Clínica Universidad de Navarra, Gabriel Reina, no se arriesgan con una cifra exacta pero temen que los contagiados superen los cincos o incluso los siete millones.

Gráfico asintomáticos
    

Reina apoya que se aumenten los test pero advierte que al tratarse de pruebas de cero prevalencia únicamente darán positivo las personas que lleven un mínimo de 10 días contagiadas. Para el experto, el problema de esto radica en que los enfermos ya son vectores de contagio desde los primeros momentos y será necesario hacer más rondas de pruebas masivas para obtener una foto más completa, declara a La Información. Por ello, resalta Reina, el brote no puede darse por controlado hasta que el Gobierno tenga la capacidad de examinar a toda la ciudadanía. "Solo cuando el Estado tenga esa capacidad se podrá decir que se ha llegado a una fase de baja circulación del virus y se podrá monitorear a los asintomáticos. Antes no", subraya. 

Ante una crisis sin precedentes ni hoja de ruta para combatirla, China, por ser el origen del brote, ha estado bajo la lupa. El gigante asiático optó por implementar test masivos a su población antes de dar por terminada la cuarentena total para minimizar la posibilidad de un rebrote. El Ejecutivo de Pedro Sánchez también ha aumentado las pruebas para tener un conocimiento más certero de la situación, pero no ha esperado a los resultados para decidir sobre la desescalada del confinamiento.  

No es el primer país europeo en hacerlo y la OMS ha tratado de combatir la precipitación con la publicación de algunos criterios. El organismo advierte que los sistemas sanitarios deben estar en disposición de "detectar, realizar pruebas, aislar y tratar cada caso", además de "rastrear sus contactos" de riesgo para adoptar las medidas oportunas. También, que los riesgos de brotes en instalaciones como residencias de ancianos deben ser minimizados y que el país debe tener la capacidad operativa de gestionar el control de los casos 'importados'. España todavía no está en esta fase. Prueba de ello es que el número de altas diarias todavía no es superior a la cifra de nuevos enfermos o que la situación en los centros de mayores -ya hay 10.696 muertes contabilizadas- no se ha estabilizado. 

Al país le quedan muchos desafíos que sobrepasar para dar por terminada la crisis. Los fallos o baches metodológicos en sus estadísticas provocan demasiadas dudas como para ser utilizadas como respaldo para tomar decisiones. En los próximos días, que se espera una corrección de estas, se podrá ver si los españoles podrán volver a las calles pronto o Sánchez se verá obligado a dar marcha atrás en la desescalada y desinflar la ilusión de los ciudadanos que ven cómo todos los días sus ministros insisten en que ya casi se ha doblegado la curva y el virus ha comenzado a ralentizar su incidencia en el país.

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