España no recibirá más dosis de AstraZeneca 

Sanidad rompe con la 'vacuna maldita': un coste millonario para un uso escaso

La vacuna de Oxford ha seguido una estrategia de constantes cambios de criterio: en un principio fue para menores de 55 años, luego para mayores de 60 y, al final, ha quedado para un estrecho rango de 60 a 69.

Una persona recibe la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca
Sanidad rompe con la 'vacuna maldita': un coste millonario para un uso escaso.
Europa Press

El 6 de febrero de 2021, España recibía las primeras dosis de la vacuna AstraZeneca. Era la tercera que llegaba al país -tras Pfizer y Moderna- y aparecía tras los últimos coletazos de la tercera ola. El total de vacunas que llegó ese día fue de 196.800. Sin embargo, a lo largo de ese mes llegarían casi dos millones de dosis más. El objetivo de esta nueva vacuna consistía en inmunizar a todos aquellos sanitarios menores de 55 años. Pero con el paso de las semanas, estas dosis comenzaron a despertar trombos en muchos inoculados. Así, el 15 de marzo, el Gobierno -siguiendo las actuaciones de Bélgica o Italia-tomaba una drástica decisión: suspendía durante dos semanas el uso de AstraZeneca.

Unos vente días después, se volvió a emplear la vacuna en el país, pero solo para aquellos mayores de sesenta años. Un mes después, Sanidad confirmó la muerte de cuatro personas que habían recibido una dosis procedente de los laboratorios de la Universidad de Oxford. Hoy solo se administra esta vacuna al rango de edad comprendido entre los 60 y los 69 años, sin embargo, ayer el Gobierno confirmó que no distribuiría ni recibiría más vacunas de AstraZeneca. La razón que se dio fue que "las consejerías tienen suficientes reservas para inyectar segundos pinchazos a sexagenarios". Acaba así, de momento, la historia de esta vacuna 'maldita' en el país, que ha acabado siendo utilizada por un grupo de edad muy reducido y cuyo coste ha superado los cincuenta millones de euros

Estas vacunas de la farmacéutica forman parte del plan anunciado por el Gobierno tras el Consejo de Ministros del 20 de octubre de 2020: la llegada de 31 millones de dosis por un coste aproximado de 56 millones de euros. De momento, se han utilizado poco más de ocho millones. Por lo que hay 27 millones de dosis en el 'stock' que han tenido un coste aproximado de 42 millones de euros. El frenazo en el suministro deja dos interrogantes: ¿Qué va a pasar con el resto de dosis que no se han inoculado? ¿Se podrá recuperar parte de los 56 millones invertidos en dicha compra? 

Desde el ministerio de Sanidad solo han querido contestar a una de ellas. Así, aseguran que "las comunidades autónomas que necesitan dosis para finalizar grupos de más de 60 años, las piden y se les suministra". Sin embargo, hace tres días, la consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid devolvió "200.000 dosis sobrantes de la vacuna de AstraZeneca al no haber ya población diana -mayores de 60 y personal esencial- a la que ponérselas". Por otro lado, desde el ministerio sostienen que esta cancelación en el uso de la vacuna "no es nuevo" y que "lleva ya unas semanas". Sin embargo, la realidad muestra otro escenario: el 21 de junio, hace escasamente menos de un mes, España recibió un nuevo lote de dosis de AstraZeneca: 511.200 nuevas dosis

El epidemiólogo Quique Bassat asegura que AstraZeneca ha sido una vacuna "excelente" y que ha habido países -como Gran Bretraña- que "solo han usado esta vacuna". Bassat achaca su fracaso en España a dos causas: una "comunicación difícil y no muy bien hecha" con los efectos secundarios  -que éstos han sido "infrecuentes"- y una apuesta del Gobierno "por otras vacunas".

Bassat critica los continuos cambios de estrategia del Gobierno durante el proceso de vacunación, "en otros países se ha administrado con mucha más tranquilidad en otros grupos de edad y nosotros aquí nos hemos complicado la vida de manera extraordinaria, con cambios en la vacunación cada semana".

"Las vacunas que tenemos diferentes a AstraZeneca funcionan bien, incluso para las nuevas variantes", dice el experto, que prosigue, "no hay una urgencia de salud pública por usarla (la vacuna de Oxford)". Aunque el experto no entierra la idea de que no se vuelva a utilizar más, "si en el futuro aparecen nuevas variantes y sus alternativas (Pfizer, Moderna o Janssen) no funcionan bien, evidentemente tendremos que recuperarla". 

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