"A Escocia no se viene por dinero"

Sanitarios españoles en UK: los últimos de la bolsa... y los primeros de la vacuna

El Consejo General de Médicos pone cifra al coladero de talento: más de 17.000 especialistas han solicitado el certificado para ejercer fuera de España desde 2015.

Sanitarios españoles en UK: los últimos de la bolsa y los primeros de la vacuna
Sanitarios españoles en UK: los últimos de la bolsa y los primeros de la vacuna
La Información

Hace diez años que la extremeña Virginia Hernandez Santiago, aterrizó en Escocia. Tiene 39 años, dos hijos y una vida a caballo entre la investigación y le asistencia en la Atención Primaria. Se formó en Madrid como especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, pero el empujón a su carrera lo ha vivido en el país británico desde 2011. "Aquí no vienes por dinero, sino por una oportunidad de crecer como profesional". Es solo uno de los miles de rostros que ponen voz a una de las mayores lacras del modelo sanitario español, del que emigran cada año cerca de 3.000 sanitarios. "Para hacerte con una plaza propia en España tienen que pasar diez años". En Escocia, la estabilidad laboral le llegó nada más aterrizar.

Muchas de sus primeras veces tienen sello británico. Allí escribió la primera página de su tesis. También la última. Su bautizo como profesora de la universidad, el nacimiento de su primer hijo. Y del segundo. Allí donde "se hace de noche a las tres y media... y el 70% de los días llueve y hace frío" encontró la proyección que España no supo ofrecerle. "Una vez que acabé la residencia solo había dos opciones: o encadenar suplencias en la Primaria sin grandes garantías o firmar un contrato de un año en Pediatría". No era su especialidad y, aún así, probó suerte. "Aprendí mucho en aquel centro de salud, pero un contrato temporal en turno de tarde no es el mejor panorama para plantearse la maternidad". 

"En Escocia no te obligan a elegir entre investigación y asistencia". Frente a los compartimentos estancos que ofrece el modelo español, el escocés permite al profesional ser dueño de su tiempo. "Trabajas una serie de horas al día, pero puedes ejercer de forma mixta, un porcentaje de tu tiempo lo dedicas a investigación o a explorar otras opciones como la Planificación Familiar". En su caso, fue lo primero. La tesis que firmó Virginia abordaba el campo de la epidemiología, concretamente, la lucha contra la resistencia a los antibióticos. El mayor problema de Salud Pública hasta la eclosión del coronavirus. Quizá aún lo sea, aunque ocupe menos portadas.

fuga de cerebros

  • Más de 17.000 especialistas han pedido el certificado para ejercer fuera de España desde 2015

Si se hubiera quedado en España, la tesis habría salido de su bolsillo. "En Escocia te pagan por desarrollarla". De primeras, firmó un contrato de un año en la Universidad de St. Andrews. Dentro del campo de enfermedades infecciosas y epidemiología, Virginia lidera proyectos que estudian las resistencias a antibióticos. Desde hace poco, también estrecha el cerco sobre el coronavirus. Ni el Brexit ni la pandemia mundial han logrado desviar a la especialista de su labor. Como ella, otros tantos sanitarios formados en nuestro país han plantado cara a la Covid-19 fuera las fronteras nacionales.

El Consejo General de Médicos pone cifra al coladero de talento: más de 17.000 especialistas han solicitado el certificado para ejercer fuera de España desde 2015. Y el cómputo solo recoge a los médicos. Hablar de Enfermería es elevar la fuga de cerebros a 20.000 profesionales que, a día de hoy, ejercen fuera de nuestro país. La tendencia, lejos de revertirse, acumula años al alza. De vuelta al éxodo de médicos, el Consejo lanza su progresión. En 2011, la demanda de certificados de idoneidad -el documento acreditativo para ejercer extramuros- fue de 1.380. Cinco años más tarde, en 2016, subió hasta los 3.402. En 2020, han sido 4.100. Y ninguna de estas manos sobraba para hacer frente a lo que estaba por venir.

Además de la flexibilidad y la conciliación laboral, también la vacuna contra la Covid-19 se ha 'colado' en suelo escocés antes que en España. "En Escocia vamos a empezar ya con la segunda tanda de vacunaciones". Pero el antídoto aún no corre por sus venas. "Mis compañeros ya la han recibido, pero yo tengo una alergia muy fuerte a los frutos secos, así que, tras los antecedentes de reacciones en personas con esta condición, no era una candidata apta para este fármaco". Virginia tendrá que esperar, como pronto, hasta enero, cuando todo apunta a que la vacuna de AstraZeneca recibirá el visto bueno de los reguladores europeos. 

Al igual que el antídoto, los EPI también llegaron antes a Escocia que a España. "Desde la primera ola, no recuerdo ningún momento de haber ido a trabajar sin equipos de protección". El sistema público de salud británico (NHS, por sus siglas en inglés) se encargó de medir las dimensiones de sus rostros para suministrarles mascarillas con filtros individualizadas. Lleva un año sin pisar su querida Extremadura. ¿Volver al hogar definitivamente? "No por cualquier cosa. Irse fuera es duro. Dentro de unos años mi madre será mayor y sé que querré tenerla más cerca... pero no renunciaría a lo que tengo para volver a un contrato de tarde, como el que me llevó a dejar España por no renunciar a ver crecer a mis hijos".  

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