Sara Carbonero e Iker Casillas se encomiendan a la virgen de Navalacruz con sus mejores deseos para el futuro

  • MADRID, 31 (CHANCE) Iker Casillas y Sara Carbonero aprovecharon que tenían el día libre para viajar a Navalacruz, pueblo del futbolista, para poder vivir de cerca las fiestas. Los enamorados viajaron a Ávila para honrar a la Virgen de las Longueras, patrona del pueblo.
Sara Carbonero e Iker Casillas.
Sara Carbonero e Iker Casillas.

MADRID, 31 (CHANCE)

Iker Casillas y Sara Carbonero aprovecharon que tenían el día libre para viajar a Navalacruz, pueblo del futbolista, para poder vivir de cerca las fiestas. Los enamorados viajaron a Ávila para honrar a la Virgen de las Longueras, patrona del pueblo.

Como dos vecinos más, el portero del Real Madrid y la periodista deportiva siguieron de cerca cada una de las actividades religiosas que allí se celebraban. Fueron testigos del traslado de la Virgen desde su ermita hasta la iglesia parroquial, donde fue recibida con la ejecución del ya tradicional 'baile del cordón'.

La pareja vive uno de sus mejores momentos personales. A la espera de su primer hijo, no dudaron en encomendarse a la virgen, seguro que con sus mejores plegarias para su futuro bebé y la nueva etapa que se les presenta.

Además, la periodista no se puede quejar de embarazo. Ya en la recta final, hemos podido ver que Sara se encuentra estupendamente, y no sólo físicamente, ya que la presentadora no ha dejado de lado sus compromisos profesionales. Ha llevado un magnífico embarazo que ha sabido compaginar con su trabajo y sus nuevos proyectos, entre los que están su nuevo blog.

Por su parte, el jugador del Real Madrid parece ir superando poco a poco ese bache profesional por el que pasaba estos últimos meses. Tras muchos rumores que apuntaban a que el futbolista no estaba a gusto en su club, y podría irse a otro equipo estas Navidades, ahora Ancelotti, entrenador del Real Madrid, confía más en Iker, y además de la Champions League, le pondrá como titular para los partidos de la Copa del Rey.

En todo momento se mostraron muy felices y acaramelados. Sin importarles las miradas ajenas, derrocharon besos, caricias y miradas cómplices mientras seguían con atención la procesión de la virgen.

Iker siente tanta pasión por su pueblo que hasta se ha comprado allí su segundo nidito de amor junto a Sara. La casa rural de la pareja se ha convertido en el lugar ideal para disfrutar de la tranquilidad de la sierra y aislarse del bullicio de Madrid.

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