Se apaga la luz de Diwali, la Navidad hindú, tras cinco días de celebraciones

  • Diwali, la Navidad hindú, llega hoy a su fin tras cinco días de celebraciones en los que cientos de millones de hindúes han conmemorado con música, petardos, dulces y mucha luz el triunfo mítico del dios Ram contra el demonio Ravana.

Moncho Torres

Nueva Delhi, 25 oct.- Diwali, la Navidad hindú, llega hoy a su fin tras cinco días de celebraciones en los que cientos de millones de hindúes han conmemorado con música, petardos, dulces y mucha luz el triunfo mítico del dios Ram contra el demonio Ravana.

"Es la victoria del bien contra el mal. (Diwali) nos recuerda que tenemos que seguir el camino correcto, que es necesario hacer el bien", afirma a Efe en un templo de Nueva Delhi Shail Chahuhan, de 17 años, junto a su amiga Aishwarya, de 18.

Las dos jóvenes devotas, que pasan estas fechas lejos de sus familias al proceder de otras regiones de la India, portan con ellas un pequeño coco, con el que han rezado "a los pies de los dioses" y que luego se llevarán a casa para "purificar" el hogar.

El festival de Diwali, que marca el inicio del nuevo año, conmemora la vuelta de Ram a su reino tras pasar catorce años en el exilio, periodo durante el cual vence al diablo en la isla de Lanka (la actual Sri Lanka).

Según la tradición, el camino de regreso de la divinidad fue iluminado por el pueblo con lámparas y velas, motivo por el que los hindúes lo festejan adornando sus casas con múltiples bombillas tintadas y guirnaldas de flores.

De los cincos días de festejos, es durante el tercero cuando se aprecia Diwali en toda su esencia.

Como explica el sacerdote hindú Kheemanand Joshi, de 43 años, durante esa jornada se reza a la diosa Laxmi para que proporcione a la familia salud y prosperidad, y al dios con cabeza de elefante Ganesha si se desea ayuda para alcanzar nuevos logros en la vida.

"Los dulces dan buena suerte, así que cuando se reza es muy importante dar de comer algunos dulces al dios", detalla el vendedor de pasteles tradicionales Neeraj Bansal, de 40 años, al que su jefe le pide que no se alargue en la explicación ante el ritmo frenético de trabajo que tienen.

Los dulces también se ofrecen a familiares y amigos como muestra de unión y fraternidad, y durante esas visitas los pequeños se lanzan bajo la supervisión de los adultos a disfrutar del momento álgido del festival: explotar petardos y lanzar fuegos artificiales.

Esta práctica, que genera un rugido ensordecedor hasta altas horas de la madrugada, eleva la polución a niveles mucho más altos de lo habitual, por lo que asociaciones médicas y organizaciones ecologistas en toda la India han apelado, sin mucho éxito, por un Diwali sin petardos.

Como señala el doctor Niranjan Naik, del hospital Dharamshila de la capital, "los petardos no solo dañan el medioambiente, sino que conllevan serios problemas de salud".

"Los petardos emiten los peores tipos de gases y aumentan la contaminación en un 30 por ciento. (...) Esto causa el 35% de los casos de asma y bronquitis en el período posterior a Diwali", sentenció el médico al diario local The Hindu.

Precisamente la pólvora y sus peligros son también una de las principales preocupaciones de las autoridades durante estas fechas, debido al precario proceso de producción en las fábricas y a la mala calidad de muchos de los artículos pirotécnicos que se venden.

Esta semana murieron al menos 24 personas en los incendios registrados en una tienda de petardos en el estado de Rajastán -en el que fallecieron 7 personas- y en una fábrica de producción de artefactos pirotécnicos en la región meridional de Andra Pradesh.

Pero aunque la parte central de Diwali es la más explosiva, los primeros días y el cierre del festival se caracterizan más por el rezo y el recogimiento.

Durante el primero, conocido como Dhanteras, se hacen ofrendas junto a un árbol sagrado a Yama Raj, dios de la muerte, para evitar morir de forma prematura, y el cuarto día, Vishwakarma, se bendicen las herramientas de trabajo y se empiezan nuevos libros de cuentas en las empresas para marcar el inicio del año nuevo.

Bhai Duj, que se celebra hoy, es el cierre de Diwali, en el que los hombres, con espíritu protector, visitan a las hermanas casadas para cerciorarse de que su marido las trata bien y no pasan necesidades. Es el culmen a la semana grande hindú.

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