Se constituye en moncloa la comisión internacional contra la pena de muerte, con la intención de erradicarla en 2015


La Comisión Internacional contra la Pena de Muerte quedó constituida hoy en el Palacio de La Moncloa, a iniciativa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Contará inicialmente con 15 miembros, será presidida por el ex secretario general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza y su objetivo será lograr una moratoria universal que erradique de hecho la pena capital en 2015, año fijado para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Los países que de momento prestarán su apoyo y asesoramiento a la comisión son Argelia, Argentina, España, Filipinas, Francia, Italia, Kazajstán, México, Mongolia, Portugal, República Dominicana, Sudáfrica, Suiza y Turquía.
No obstante, su declaración inaugural señala que "existe una sólida y continua tendencia hacia la abolición de la pena de muerte en todas las regiones del mundo", y que así lo constató el informe del pasado 15 de agosto del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
La declaración indica que "la pena de muerte es la negación más extrema de los derechos humanos. Viola el derecho a la vida y el derecho a no ser sometido a penas crueles, inhumanas o degradantes, reconocidos por la Declaración Universal de Derechos Humanos".
De hecho, añade, ya la han abolido "de iure" o "de facto" dos tercios de los estados miembros de la ONU (139 países frente a 58), y el Tribunal Penal Internacional la ha descartado incluso para los crímenes más graves.
La comisión se propone trabajar "en estrecha cooperación" con los organismos internacionales, personalidades de "determinados países" y ONG, y se fija tres objetivos concretos y operativos: Lograr la abolición universal de la pena de muerte en la legislación de los países que ya aplican una moratoria de hecho sobre su ejecución, promover el "establecimiento sin dilación" de la citada moratoria en 2015 e impedir la ejecución de las penas de muerte pendientes de aplicar.
MAYOR ZARAGOZA Y ZAPATERO
En el acto de presentación de la comisión en el Palacio de La Moncloa, Mayor Zaragoza quiso resaltar que ésta se consituye "a iniciativa de Zapatero" y declaró que "son muchas las razones por las que la pena de muerte debe ser totalmente erradicada"; por ejemplo, la violación de los derechos humanos, el hecho de que ningún sistema penitenciario puede prevenir la "irreparable" ejecución de un inocente, y el que no se haya atestiguado el hipotético carácter disuasorio de la pena.
Según precisó, no es una cuestión que competa a los estados nacionales porque los derechos humanos son universales. "Los augurios son buenos y haremos todo lo posible para que en 2015, como usted desea, la pena de emuerte ya no se ejecute", terminó el presidente de la comisión dirigiéndose directamente a Zapatero.
El jefe del Gobierno español inició su discurso devolviendo el reconocimiento a Mayor Zaragoza, en quien ensalzó su "trayectoria ejemplar" en la defensa de "los valores que hacen posible la convivencia". También alabó la "autoridad inequívoca", la "experiencia" y la "sabiduría" de los 15 miembros de la Comisión, "auténticos maestros en la defensa de los derechos humanos" y la "consecución de objetivos que hacen que los países sean más civilizados, las sociedades más amables y los seres humanos más ricos".
"La pena de muerte no es una pena, es un espanto", proclamó Zapatero, denotando que por su abolición luchan hombres de todas las religiones e ideologías". Vinculó su erradicación a la "extensión plena de los derechos humanos", que desde su punto de vista no se logrará mientras se practique le pena capital en algún rincón del planeta. "El derecho a la vida y el valor de la vida es el principio fundamental de la concepción y el despliegue de los derechos humanos", aseguró.
Tras garantizar a la comisión el "pleno respaldo" del Gobierno de España, Zapatero justificó la fecha de 2015 porque los Objetivo del Milenio "no estarían bien articulados si la lucha por la moratoria y abolición no estuviera en esta agenda determinante", y animó a sus integrantes a trabajar "con la convicción de que va a merecer la pena", porque será un esfuerzo por el que siempre se les reconocerá.
"Vamos a trabajar duro", se conjuró. "Ésta es una de las causas que merecen la pena, una de las tareas más profundas que se pueden llevar a cabo desde la responsabilidad pública. Vamos a por ello, muchas gracias", finalizó.

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