María Teresa Turrión Borrallo, palentina de nacimiento, lleva unos cinco años siendo la encargada directa de la educación de los pequeños George, Charlotte y Louis de Cambridge. La 'supernanny’ española, la primera no británica que ha conseguido este empleo, se formó en el prestigioso Norland College, que ha instruido a 'babysitters' para ricos y famosos desde 1892 (estudiar en la institución cuesta unos 15.000 euros y solo aceptan 80 solicitudes al año).
Ahora, Louise Heren, autora de 'Nanny in a Book', ha contado en 'The Daily Mail' los 'secretos' que seguramente ha aprendido María Teresa Turrión, entre los que se incluye aprender a detectar signos de posibles berrinches antes de que se desarrollen y por qué nunca se debe usar la palabra "niños".
Una de las primeras rutinas diarias que deben hacer estos pequeños es levantarse, desayunar, ponerse el uniforme e ir a la escuela. Algo que no difiere de lo que hace cualquier otro niño, pero en su caso existen una serie de pautas que se incluyen en su vida familiar para que aprendan el protocolo y las normas diarias.
Las niñeras de Norland deben alentar a los niños a que, cuando ya han alcanzado cierta edad, participen en la agenda y la organización de cada día. Si se les permite elegir qué pueden hacer dentro de una serie de actividades lo más probable es que se sumen sin rechistar. La 'nanny' tiene el control, pero los niños deben escoger qué hacer y estar feliz de haberlo hecho.
A diferencia de María Teresa Turrión, que tiene la presión adicional de criar a un futuro rey y prepararlo para los actos protocolarios, Heren explica que explica que cualquier niñera de Norland debe preparar a los pequeños a su cuidado antes de cualquier gira o evento, entregándoles una suerte de programa del día. "Los niños deben estar seguros y presentables, pero sobre todo deben portarse bien", añade Louise Heren.
Aunque estas trabajadoras (la mayoría son mujeres, aunque cada vez hay más hombres) nunca ha confesado a cuánto asciende su sueldo mensual, se estima que una niñera de Norland puede llegar a cobrar unas 7.500 libras (unos 8.800 euros). Estas ‘babysitters’ se educan bajo el código del silencio: su discreción en pos de la privacidad de las familias para las que trabajarán supone el pilar básico para conseguir el empleo.
Estas cuidadoras infantiles deben, además, crear rutinas para que los hijos de la aristocracia aprendan a comportarse, algo que por ejemplo incluye que practiquen sus conocimientos de matemáticas mientras cuentan los cubiertos o las piezas de porcelana. Para evitar que estén descontentos cuando deben comer que no les gusta, las 'nannys' les enseñan una respuesta válida, es decir, a reaccionar sin montar un escándalo.
La institución prohíbe llamar a los pequeños "niños", así que estas trabajadoras solo se dirigen a ellos por su nombre. Se trata de que aprendan con el ejemplo y sean lo suficientemente disciplinados para afrontar los eventos y las ceremonias que les esperan.
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