En Castilla y León

Muere otra mujer de cáncer sin lograr una cita presencial con su médico

Lidia empezó a tener fuertes dolores en marzo y le diagnosticaron un caso de gastroenteritis. 

Hospital coronavirus España urgencias
Hospital coronavirus España urgencias
EFE

La hermana de la mujer que moría por un cáncer de colon sin lograr tener una cita presencial con su médico durante la pandemia por coronavirus pedía la semana pasada ante las cámaras de televisión que no hubiera más Sonias.  Esto sucedía en Burgos y hoy se ha conocido que la consejería de salud de Castilla y León ha abierto una investigación por el fallecimiento de otra mujer que no pudo ver a su médica en consulta. Se trata de Lidia, que en marzo comenzó a encontrarse muy mal y por teléfono le diagnosticaron gastroenteritis. 

Sus familiares relatan que dejó de comer porque lo vomitaba todo y empezó a encontrarse muy mal. Cuando comenzó la desescalada, su hermana pudo visitarla y asegura que "a vi la muerte en los ojos", según  recoge Informativos Telecinco.  Su caso es muy similar al de Sonia. Fue un análisis de sangre el que indicó que tenía dos tumores muy agresivos. 

Cuatro meses después de empezar con el dolor fue operada, pero falleció poco después. Lidia y Sonia son dos  los rostros de las otras víctimas de la Covid-19. En el caso de Sonia todo empezó con un fuerte dolor de ingle y una pérdida de peso de siete kilos. Las atenciones telefónicas pasaron de un diagnóstico de tendinitis a otro de lumbalgia. Ella insistió en que le hicieran un análisis de sangre y tuvo que interesarse por conocer los resultados. 

Según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), que está elaborando junto a sociedades médicas un estudio sobre el impacto de la crisis sanitaria en los tratamientos de esta patología, ha habido retrasos, aplazamientos y paralizaciones de tratamientos y programas de cribado por atender las necesidades de la pandemia, una situación que representa una "emergencia sanitaria".

Y los datos de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, en inglés) apuntan a que el 36,5% de los tratamientos oncológicos se ha interrumpido en el continente, el 60,9 % de los centros de oncología médica redujo su actividad en el pico de la pandemia, lo que se tradujo en la cancelación o retraso de las cirugías (el 44 % de los centros), la quimioterapia (25 %) y la radioterapia (17 %).

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