Segundo tibetano inmolado en China en las últimas 24 horas

  • La inmolación del tibetano Lhamo Kyab en la provincia china de Gansu (noroeste) eleva a dos el número de incidentes de este tipo en las últimas veinticuatro horas, después de que una madre de cuatro hijos muriera tras quemarse a lo bonzo en Sichuan (centro).

Pekín, 25 mar.- La inmolación del tibetano Lhamo Kyab en la provincia china de Gansu (noroeste) eleva a dos el número de incidentes de este tipo en las últimas veinticuatro horas, después de que una madre de cuatro hijos muriera tras quemarse a lo bonzo en Sichuan (centro).

Según la agencia de noticias tibetana Phayul, Lhamo, de 43 años, se prendió fuego hoy en torno a las 10.00 horas locales (02.00 GMT) en el pueblo de Lushoe, en la región de Tsoe de la citada provincia, que cuenta con una numerosa población tibetana.

Se trata de la segunda inmolación en las pasadas veinticuatro horas, después de que Kal Kyi, de 30 años y madre de cuatro hijos, muriera tras prenderse fuego en la prefectura de Aba (en la citada provincia, colindante con Tíbet), según informan tanto Phayul como Radio Free Asia (RFA).

De acuerdo a RFA, que cita declaraciones de alguien cercano a Kal, ésta decidió quemarse a lo bonzo para denunciar la "violenta política que China impone en el Tíbet y en las áreas con población tibetana".

Es la decimosexta mujer que se prende fuego desde la ola de protestas de febrero de 2006, y en su caso deja tres hijos y una hija, todos menores de quince años.

Hace tan sólo una semana, Kunchok Wangmo, de 31 años y vecina también de la prefectura de Aba, murió tras prenderse fuego para pedir el regreso del líder espiritual tibetano, el Dalai Lama.

Esta zona se ha convertido últimamente en el epicentro de los actos de protesta, por lo que RFA asegura que la seguridad y el control por parte de las fuerzas de seguridad chinas va en aumento con el paso de los días.

Tres días antes que Kunchok, fue el monje tibetano Lobsang Thokmey, de 28 años, quien se inmoló en el monasterio de Kirti de Aba para marcar el quinto aniversario de los peores disturbios de las últimas décadas en Tíbet.

Con el último incidente, son ya 111 los casos de este tipo desde 2009, de los que al menos 91 han concluido en muerte.

Pekín acusa al Dalai Lama y a los grupos de apoyo al independentismo tibetano en el exilio de aplaudir y animar estas inmolaciones, pese a que el líder espiritual y premio Nobel de 1989 ha pedido el cese de estas protestas suicidas.

Un respetado escritor tibetano, Naktsang Nulo, publicó recientemente un ensayo en internet en el que instaba al Dalai Lama a frenar las inmolaciones, al que inusualmente aún se puede tener acceso desde la censurada red china.

En él, Naktsang arguye que las inmolaciones no han sido "incitadas", como defiende Pekín, y añade que, aunque puede entender que "uno o dos jóvenes se prendan fuego influidos por otros, no puedo imaginar a lamas instruidos, monjes o mujeres y hombres adultos siendo incitados por otros".

China asegura que el Tíbet es desde hace siglos parte inseparable de su territorio, mientras que los tibetanos argumentan que la región fue durante mucho tiempo virtualmente independiente hasta que fue ocupada por las tropas comunistas en 1951, si bien considera ese hecho una "liberación" de la "teocracia".

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