"Evitamos el desahucio... de milagro"

Afectados por el IRPH: "Te acostumbras a vivir con una espada sobre la cabeza"

Asunción presentó uno de los cuatro recursos contra la cláusula de interés variable que el Alto Tribunal valoró este miércoles. El fallo del Supremo le ha caído encima como un jarro de agua fría.

Tribunal Supremo
Afectados por el IRPH: "Te acostumbras a vivir con una espada sobre la cabeza"
EFE

"¿Qué han decidido?". Asunción conoce la sentencia del Tribunal Supremo sobre el IRPH al contestar al teléfono de La Información. El Alto Tribunal ve falta de transparencia, pero no abusividad. "¿Cómo es posible?". Una nota anunció ayer la decisión judicial a los cuatro recursos contra la cláusula de interés variable que, hace tres años, obligó a la mujer a dejar de pagar la hipoteca. "El banco nos llevó a los tribunales. Evitamos el desahucio por los pelos", relata. La mujer tiene 56 años y veinte de facturas a sus espaldas. El fallo del TS cae como un jarro de agua fría: "No sé qué viene ahora... nos hemos acostumbrado a vivir con una espada sobre la cabeza"

"He contestado de milagro". Asunción y su marido se han acostumbrado a silenciar los teléfonos. "Nos llaman empresas buitres todos los días, a casa y al móvil. Dicen que el banco les ha dado el contacto. Quieren cobrar... ¡pero nuestra causa aún está en juicio!". Hace dos décadas que la pareja firmó la hipoteca de su casa con una de las grandes entidades financieras de este país. "Abrimos una tienda en Madrid. La oficina del banco estaba a la vuelta de la esquina". Con la cordialidad con la que se entabla conversación con un vecino del mismo bloque, la pareja cogió confianza con los trabajadores del banco. 

"Charlábamos y compraban en la tienda. Nos hablaron del préstamo y nos insistieron en que era nuestra mejor opción". Como quien se fía de la receta que le extiende su médico de cabecera, la pareja no cuestionó. "Pagamos cada factura, religiosamente, durante dieciséis años". La cuota mensual destinada a afrontar el crédito rondaba los mil euros. "Tuvimos que cerrar la tienda, pero seguimos pagando con el único colchón de la pensión de mi marido. Imposible cuadrar las cuentas con una paga de 1.050 euros". 

La situación era extrema. "Nos cortaron el agua y la luz. No teníamos ni para comprar el pan". La pareja no fue consciente de lo que había firmado hasta comparar su situación con la que vivían sus vecinos. "Era la época del euríbor. A todos nuestros amigos les bajaban los intereses... , salvo a nosotros". Un abogado, amigo de la pareja, se ofreció a echar un vistazo al documento. "Temía que fuésemos víctimas de la cláusula suelo. Cuando terminó de leer nos miró y nos dijo: 'No es la suelo, es aún peor'".

La primera decisión de la pareja fue tratar de negociar con el banco. "Antes ya les habíamos pedido la tabla de amortizaciones. Nos decían que no la encontraban o que no estaba disponible". Noviembre de 2016. "La entidad se negó en redondo a negociar. A principios de 2017 dejamos de pagar". La mujer asegura que hubieran denunciado al banco de haber podido costear los gastos que acarrea la vía judicial. En lugar de eso, fue el banco el que los denunció a ellos. La entidad interpuso una demanda de juicio ordinario en reclamación de cantidad, en lugar de un juicio hipotecario. "El abogado dice que gracias a ese detalle hemos sorteado el desahucio".

Antes de sumirse en la maraña judicial, el banco les dio la opción de dejar el inmueble. "¿Dónde íbamos a ir entonces?". En su momento, la pareja pidió al banco 170.000 euros para comprar la casa. Asunción cifra en 180.000 euros la cantidad devuelta. "De ese dinero, el banco asegura que 120.000 euros son solo de intereses... aún nos quedarían  110.000 euros para saldar la deuda del capital prestado". La nota del Supremo apenas ocupa diez líneas, pero ha sido suficiente para devolver la incertidumbre a la pareja. "El texto que firmamos es ilegible. Para calcular lo que debíamos pagar hay que hacer cinco fórmulas matemáticas, raíces cuadradas, exponenciales... es totalmente opaco". La mujer deja la pregunta en el aire: "¿Para qué esa falta de transparencia si no es con fines abusivos?". El TS no opina lo mismo.

"En los cuatro recursos resueltos, siguiendo la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), ha apreciado falta de transparencia por no haberse informado de la evolución del índice de los dos años anteriores. No obstante, y siguiendo también la jurisprudencia del TJUE, ha procedido a hacer el análisis de abusividad concluyendo, en los casos enjuiciados, que no había abusividad", reza la nota que ayer publicó el Alto Tribunal. Según la nota, solo el voto particular de un magistrado rompió la unanimidad de una posición que contradice la jurisprudencia del TJUE.

"Mi pandemia es el abuso"

"Resulta bochornoso que el Tribunal Supremo se posicione del lado de los banqueros", afirma Rubén Sánchez, representante de Facua. "Es totalmente incoerente", valora la afectada. Y es que la Justicia europea dejó muy claro que, sóloenloscasosenquelacláusulasuperaseelfiltro detransparencia,  podría entrarseavalorar suabusividad. Allí donde la opacidad es probada, sobraconsiderarsiesabusiva. La nota del Supremo es solo una pincelada y habrá que esperar a revisar la sentencia completa.

Diga lo que diga el fallo, Asunción no pone la mano en el fuego: "Solo confío en la justicia divina". Como entre los afectados por la Covid, la soledad es uno de sus mayores lastres. "Mi familia se enteró de mi situación cuando salí en televisión. Nunca me había atrevido a contarlo". Fue hace un año, cuando la pareja entró en contacto con Asufin. "Ahí te das cuenta de que no eres el único, de que hay gente que se involucra hasta el final". El 'telegrama' del Supremo no cierra la cuestión... pero vuelve a sumergir a Asunción en el mismo bucle. Mientras la causa siga abierta, ni siquiera la Covid distraerá su atención: "Mi pandemia es el abuso".

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